domingo, 17 de mayo de 2009

Aprendiendo a leer


Mario Benedetti fue uno de los primeros autores de la literatura sudamericana que comencé a leer. Un par de sus libros saltaron a mis entonces jovenzuelos ojos que acababan de devorar los clásicos de la literatura universal. Mi mente estaba atiborrada de caballeros andantes, piratas sanguinarios que luchaban junto a Sandokan, viajes maravillosos a la luna, al centro de la tierra y alrededor de ella. Mi estancia en aquella lúgubre pero encantadora casa antigua de mi Tío Toñito (cuya historia vale la pena que algún día les cuente) se había nutrido con su espléndida biblioteca atascada de volúmenes viejos que desprendían polilla y polvo al hojear sus amarillentas páginas.

Ahí descubrí un día un par de poemas de Benedetti, incluyendo el que ilustra este post, pero me picó la curiosidad y más tarde busqué sus novelas, comenzando con La Tregua y me di cuenta de que al sur del continente había viejitos (para mí, todos los escritores eran viejos canosos que escribían encorvados sobre un taburete de madera vieja ilumnándose con velas) que hablaban de las otras aventuras y desventuras: las del alma. Sobra decir que también fui embrujado.

Benedetti fue uno de los impulsores para que yo le entrara al juego de las letras en la maravillosa literatura del sur, una dama que me decía: puedes contar conmigo.

Buen viaje Don Mario.

“Compañera, usted sabe que puede contar conmigo, no hasta dos ni hasta diez sino contar conmigo. Si algunas veces advierte que la miro a los ojos, y una veta de amor reconoce en los míos, no alerte sus fusiles ni piense que deliro; a pesar de la veta, o tal vez porque existe, usted puede contar conmigo”.

viernes, 15 de mayo de 2009

¡Unos rezando para no caer en el infierno...

... Y nosotros pagando para entrar en él!





Historias de la lujuria kitsch.

-¡Ah qué tiempos aquellos señor Don Simón, cuando paseabas sin freno por los mundos nocturnos tapatíos abundantes de zafarranchos de alcohol!

Las imágenes son del reciente Festival Internacional de Cine de Guadalajara (me gustaba más decirle Muestra) en la tradicional fiesta en la Arena Coliseo, donde don Raúl dejó bien claro que quería apantallar fuereños.

Creo que lo logró, las muchachas hartas rebosantes de pintura parecían cartas de la lotería como para leerlas en Braille. Las máscaras me remontan cuando la época en que juagaba luchas con mis primos en la cama de mis papás dejando como heridos de batalla dos tres tablas quebradas y uno que otro descalabrado chillón. Nomás nos hizo falta el doc Morales pa ambientar el pachangueo.

Y mientras adentro se despanzurraban en el ring, afuera sacábamos ventaja de las modelos que no se podían quejar de nuestras poses mamucas. Lástima que algunas pinturitas corporales parecieran esas calcas que con salivita nos pegábamos en la escuela como tatuajes rascuaches.

¡Qué bárbaro Magallanes! Fue la frase que hizo falta para redondear el flashback del añorado pancracio nacional.


viernes, 8 de mayo de 2009

Soundtrack para el Apocalipsis porcino

Comienza a llover en Guadalajara. La lluvia ácida llega a corroer superficies ya contaminadas por el miedo. Huele a tierra mojada como dice la canción, pero en versión dark. En esta época, lo único que ha sido coherente es la especulación.

Por eso mejor escucho a tool, su música es perfecta para ver llover mientras fumamos un cigarro y divagamos sobre cifras tan falsas como nuestros mesías y líderes. Vicarious se llama la rola. Tool el artista nada hartista. Pavor es nuestro nombre


jueves, 7 de mayo de 2009

Sonrisas borgianas


Dicen que a Vicente Fox le platicaron que José Luis Borgues, alias el Puma, tenía un primo muy inteligente y fenomenal escritor llamado Jorge Luis Borges y que aparte, tenía un gran sentido del humor.


A veces la sacralización de los personajes nos hace olvidarnos que son humanos, y por lo tanto, capaces de destilar cualquier veneno cínico sobre sus sabrosos pensamientos. Aquí, tomado de un escrito de Octavio Ortega del blog leergratis.com, una muestra del genio Borges, una pincelada de talento que nos hace torcer la boca con satisfacción y complicidad.


¡Genio, chingao!


Durante la dictadura militar alguien le comenta a Borges que el general Galtieri, presidente de la República en ese momento, ha confesado que una de sus mayores ambiciones es seguir el camino de Perón y parecerse a él. “¡Caramba! -interrumpe Borges- es imposible imaginarse una aspiración más modesta“.


Borges firma ejemplares en una librería del Centro. Un joven se acerca con Ficciones y le dice: “Maestro, usted es inmortal“. Borges le contesta: “Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista“.


Roma, 1981. Conferencia de prensa en un hotel de la Via Veneto.

Además de periodistas, están presentes Bernardo Bertolucci y Franco María Ricci. Borges, inspirado, destila ingenio. Llega la última pregunta. “¿A qué atribuye que todavía no le hayan otorgado el Premio Nobel de Literatura?”

- “A la sabiduría sueca“.


En una entrevista, en Roma, un periodista trataba de poner en aprietos a Jorge Luis Borges. Como no lo lograba, finalmente probó con algo que le pareció más provocativo: “¿En su país todavía hay caníbales?”

- “Ya no - contestó aquél -, nos los comimos a todos.”


En plena Guerra de las Malvinas, opinó que “la Argentina e Inglaterra parecen dos pelados peleándose por un peine” y que “las islas habría que regalárselas a Bolivia para que tenga salida al mar“.


Sobre la situación de la literatura argentina, Córdoba Iturburu, que la presidía, inquirió a los gritos: “¿Y qué vamos a hacer por nuestros jóvenes poetas?” Desde el fondo llegó otro grito, éste de Borges: “¡Disuadirlos!”.


En la pausa de un acto cultural, el novelista Oscar Hermes Villordo acompañó a Borges al baño, situado en un primer piso al que se llegaba por una empinada escalera de madera. Cuando volvían, Villordo notó que Borges descendía los escalones demasiado rápido y, temiendo lo peor, le preguntó:”¿No deberíamos ir más despacio?” “Pero no soy yo - aclaró Borges -, es Newton.”.


El escritor argentino Héctor Bianciotti recuerda una de las tantas salidas elegantes de Borges, cuando le incomodaban los halagos de la gente: Ocurre en París, en un estudio de televisión.

-”¿Usted se da cuenta de que es uno de los grandes escritores del siglo?“, lo interrogan.

-”Es que este“, evalúa Borges, “ha sido un siglo muy mediocre“.


Una mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de literatura inglesa. Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje . Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar. Clima tenso. El estudiante insiste: “Tiene que ser ahora y usted se va“. Borges no se resigna ygrita: “No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio“. El estudiante amenaza con cortar la luz. “He tomado la precaución“, retruca Borges, “de ser ciego esperando este momento“.


Una revista de actualidad reúne a Borges con el director técnico César Luis Menotti. “Qué raro, ¿no? Un hombre inteligente y se empeña en hablar de fútbol todo el tiempo“, comenta Borges más tarde.


En 1983, un periodista de La Nación pide a Borges su opinión sobre la Guerra de Malvinas. “Absurda“, define Borges. “Estoy triste, muy triste. Mandaron a esos pobres muchachos de veinte años a morir al sur. Tener veinte años y pelear contra soldados veteranos es algo atroz, inconcebible. Solamente en el crucero General Belgrano murieron cientos. Claro que los militares dirán que al lado de los desaparecidos esa cifra no es nada, pero no creo que les convenga ese argumento. No, no les va a convenir…”


En 1975, a los 99 años, muere Leonor Acevedo de Borges, madre del escritor. En el velorio, una mujer da el pésame a Borges y comenta: “Peeero… pobre Leonorcita, morirse tan poquito antes de cumplir los 100 años. Si hubiera esperado un poquito más…“.

Borges le dice: “Veo, señora, que es usted devota del sistema decimal“.


Borges y un escritor joven debatiendo sobre literatura y otros temas. El escritor joven le dice: “Y bueno, en política no vamos a estar de acuerdo, maestro, porque yo soy peronista“. Borges contestò: “Cómo que no? Yo también soy ciego“.

lunes, 4 de mayo de 2009

Ni tan equivocados

En estos tiempos porcinos hay que hacer un paréntesis para disfrutar al reconocer que los Depeche Mode no son unos viejitos agripados y nos vuelven a sorprender con su nuevo disco.

El sencillo se llama Wrong y etsá demás decirles que me encantó. Aquí les dejo un video de un festival europeo donde se presentaron, al parecer, al más puro estilo de Siempre en Domingo con playback y toda la cosa.



No se puede ligar el video oficial, que dicho sea se paso, está pasado de lanza: visceral violencia desacostumbrada en los depeche boys, pero aquí su charro les pone el link para que lo disfruten, le cae al que no lo vea.

Y la letra está sabrosa, una de esas canciones con las que uno se identifica en los tiempos oscuros en el fondo del barril.

was born with the wrong sign
In the wrong house
With the wrong ascendancy
I took the wrong road
That led to the wrong tendencies
I was in the wrong place at the wrong time
For the wrong reason and the wrong rhyme
On the wrong day of the wrong week
I used the wrong method with the wrong technique

Wrong

Wrong

There's something wrong with me chemically
Something wrong with me inherently
The wrong mix in the wrong genes
I reached the wrong ends by the wrong means
It was the wrong plan
In the wrong hands
The wrong theory for the wrong man
The wrong eyes on the wrong prize
The wrong questions with the wrong replies

Wrong

Wrong

I was marching to the wrong drum
With the wrong scum
Pissing out the wrong energy
Using all the wrong lines
And the wrong signs
With the wrong intensity
I was on the wrong page of the wrong book
With the wrong rendition of the wrong hook
Made the wrong move, every wrong night
With the wrong tune played till it sounded right yeah

Wrong

Wrong
(Too long)
Wrong
(Too long)

I was born with the wrong sign
In the wrong house
With the wrong ascendancy
I took the wrong road
That led to the wrong tendencies
I was in the wrong place at the wrong time
For the wrong reason and the wrong rhyme
On the wrong day of the wrong week
I used the wrong method with the wrong technique

Wrong