miércoles, 15 de julio de 2009

Licántropos en la web


Las 250 niñas del ciberdepredador

Esta nota se publicó en El Pais el pasado fin de semana, que sirva como advertencia para estar vigilantes de estos lobos disfrazados de corderos cibernéticos


Las 250 niñas del ciberdepredador

Un estudiante de informática sometía a un cruel acoso por Internet a cientos de quinceañeras hasta conseguir que le facilitasen fotos y vídeos en los que ellas aparecían desnudas o en actitudes procaces

JESÚS DUVA 21/06/2009

Dieciocho horas diarias frente al ordenador en busca de presas quinceañeras. Como un depredador, Jorge rastreaba Internet de forma obsesiva, incluso a las cinco de la madrugada, siguiendo las huellas de niñas de entre 12 y 17 años. Y cuando descubría a una de ellas, se lanzaba al ataque como una pantera. Aunque inicialmente encubría su zarpazo ocultándose él mismo bajo la apariencia de una adolescente con nombres tan melífluos como "terroncito-de-azúcar" o "nena-golosita". Así logró engañar durante los últimos seis meses al menos a 250 jovencitas que sufrieron su acoso implacable e inmisericorde. "Si no cedes a mis deseos", les venía a decir el ciberdepredador, "te dejaré aislada, te desconectaré de todos tus amigos, difundiré todos tus secretos y enviaré esas cosas a toda tu lista de correo electrónico". Esas cosas eran las fotos íntimas -desnudos o semidesnudos- arrebatadas a las víctimas mediante engaños o mediante la más cruel y abyecta coacción. Hace unos días, la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la policía detuvo a Jorge M. C., un estudiante de informática de 23 años, acusado de tener sometidas a cientos de adolescentes a un asedio que a más de una estuvo a punto de llevarle al suicidio.

El presunto acosador ya había sido arrestado con anterioridad, en octubre de 2008, como supuesto autor de coacciones a una joven madrileña que sufrió una auténtica embestida informática. En esa ocasión, los agentes hallaron en su casa de Chipiona (Cádiz) un ordenador de sobremesa y dos portátiles. "Los discos duros estaban a reventar. Contenían miles de fotografías de chicas", recuerda un inspector.

El juez del caso dejó en libertad provisional al detenido, que sin pérdida de tiempo reemprendió su manía. Apenas dos semanas después ya fue detectado intentando acorralar a más quinceañeras. No todas eran nuevas: entre ellas estaban tres de Sevilla y una de Toledo a las que ya tenía cercadas de antes.

La policía continuó sus investigaciones a partir del material decomisado en poder de Jorge. Él guardaba todo. Y abría una carpeta informática de cada una de sus víctimas para saber exactamente quién era. En esa carpeta figuraba su identidad, su domicilio, su número de teléfono, las claves de sus cuentas de correo eléctronico y el listado de todos sus amigos o personas con las que había contactado, fotos, vídeos, etcétera. Eso permitió a la policía seguir el rastro de todas sus expediciones en busca de nuevas presas.

Pero ¿cómo había logrado reunir tal cúmulo de información? Jorge era un incansable buscador de adolescentes en la Red. Dedicaba horas y horas a explorar páginas como sexyono.com y votamicuerpo.com, en las que cientos de jóvenes cuelgan sus fotos insinuantes para que los cibernautas voten a la más sexy; y otras redes sociales como netlog.com, fotolog.com y otras en las que hay un tráfico continuo de mensajes. Son foros de contacto que actúan como "una especie de enorme patio de colegio virtual", explica el inspector-jefe Enrique Rodríguez. "Estos sitios son los caladeros preferidos de los tiburones y los pedófilos que pululan por Internet".

Localizada una chica que encajara con sus deseos libidinosos, el ciberdepredador le enviaba un mensaje -haciéndose pasar por una adolescente- en el que le solicitaba su dirección de correo electrónico para poder mantener una charla más privada a través del programa de mensajería Messenger. Este sistema, al que están enganchados millones de adolescentes, les permite ver si sus amigos están conectados, enviarles mensajes instantáneos, intercambiar imágenes y archivos, mantener una comunicación simultánea con varias personas y sostener charlas con vídeo usando una cámara web.

-Hola, soy Espe. ¿Qué tal estás?

-Hola, guapa. ¿Qué tal las vacaciones?

Espe no era Espe, sino Jorge. Pero así, haciéndose pasar por una chica y colocando la imagen de una chica como si fuera la suya propia, infundía más confianza a sus víctimas. Y éstas, ingenuas, iban mordiendo poco a poco el anzuelo.

El hostigador, un tipo experto en informática, solía introducir en el ordenador de sus presas un troyano que chupaba los datos del disco duro, lo que le permitía acceder a todos los correos, textos y fotos que guardase la adolescente. Con esa información en su poder, sabía cómo dominarla y tenerla sometida a un férreo control.

-Me gustaría que me enviases una foto en la que me enseñaras el pechito...

-¿Qué dices? No me atrevo...

-Sé que tienes alguna foto así. ¿Por qué no me la pasas?

-¿Cómo sabes tú eso? Es que me da corte...

-Venga, tía... Haz una cosa: cuelga la foto en tu avatar [un recuadrito que se asocia a la identificación de un usuario en la web]. Anda... Sólo un minuto y la quitas...

Cuando la víctima accedía a colgar esa foto comprometida, Jorge la capturaba inmediatamente. Y a partir de ahí empezaba su agobiante chantaje:

-Tienes que pasarme alguna foto tuya con ropa interior.

-¿Eres lesbi?, preguntaba entonces la víctima, desconcertada.

-Es que me da mucho morbo...

-No, no me atrevo.

-Pues si no lo haces, mandaré a toda tu lista de correo esa foto en que enseñas tus cositas. Y, además, te quito el Messenger...

Para demostrar su poder, el depredador les hacía una prueba: les pedía que no tocaran nada de su ordenador y así podrían ver cómo el ratón se movía a su antojo, arriba y abajo, manejado a distancia por él mismo gracias a un troyano introducido en el disco duro de la computadora de la víctima.

La niña, ante las terribles amenazas, accedía a los caprichos del anónimo chantajista, que conseguía así que se desnudara e incluso que se masturbase a través de la webcam. Una jovencita que se negó a satisfacer sus antojos llegó al día siguiente al colegio y comprobó horrorizada que su foto -semidesnuda- había llegado misteriosamente a todos sus amigos. Otra, que sufrió un ataque largo y despiadado durante meses, fue castigada con la difusión de un vídeo suyo a través de rapidshare.com el que aparece masturbándose.

Una chica fue captada por el depredador al ver una foto suya vestida de colegiala con faldita de cuadros. Fue torturada hasta la extenuación para que, poco a poco, le facilitara imágenes cada vez más picantes.

-Quiero que te desnudes para mí. Si no, ya sabes lo que ocurrirá...

La muchacha, al final, claudicó: aceptó quitarse la ropa, con el rostro atenazado por el terror y llorando sin consuelo a lo largo de una escena de tres minutos.

-Eres una nena patética. Ke se kita del cole porque le insultan. Iorando todo el día. Cómprate unas tetas -le escupió el acosador, utilizando el típico lenguaje de Messenger quinceañero.

Era sádico y cruel con las adolescentes que se negaban a sus caprichos. Para ejemplo, una conversación mantenida con una niña a las 5.30 de la madrugada, en la que ella rechaza acceder al chantaje:

-Voy a colgar tus cositas en el eMule. Jódete, perra. Jódete, zorra. Voy a contar hasta diez y ya estás fuera del Messenger.

Y el diálogo posterior con la víctima es angustioso y aterrador por su frialdad:

-Diez.

-...

-Nueve.

-...

-Ocho.

-...

Acabada la cuenta atrás, Jorge invadió el ordenador de la chiquilla con un archivo que contenía una bandada de miles de figuras de murciélagos, lo que provocó el colapso total de su sistema operativo.

El reciente encarcelamiento de Jorge M. C. ha supuesto la liberación de sus 250 jóvenes prisioneras. La Brigada Tecnológica ya ha identificado y tomado declaración a 170. Las 80 restantes quizá aún ignoren quién era el tipo que las acosaba y torturaba. Pero seguro que en su ordenador no han vuelto a sentir el nauseabundo aliento de Jonyxulo ni de Miguel20cm (dos de las 12 personalidades cibernéticas que solía utilizar).


Imagen: Canal red

martes, 14 de julio de 2009

El día que la red se detuvo

La capacidad de asombro de una estrella se reconoce, o potencializa, el día que cuelga los tenis o el caso del polémico Jacko, los zapatos de charol. No es el colmo que su muerte haya representado toda una prueba para la red de redes, un accidente de bytes que puso patas arriba a la mismísima internet. A pesar de todos sus detractores, el blog ganó. Fue una página de chismes del choubisnes quien le dio al mundo la exclusiva, y en una época en que la velocidad le gana la batalla a la certeza, lo de TMZ fue un auténtico bombazo. TMZ venció a las grandes potencias de la información. Imperios como CNN, The New York Times, CBS y NBC tuvieron que reconocerse como modernos Goliaths a quienes les metieron chica pedradota en medio de los ojos. Fue como si México le ganara y por goliza en la final del mundial a Brasil, Italia o cualquiera de las potencias futboleras. Reporte Índigo publicó una extraordinaria crónica del desarrollo, no sólo de los sucesos, sino de los hechos detrás del suceso, las minucias del teje y maneje de los datos y el colapso de la web a causa del descolorido rey del pop. El texto de Arturo Aguilar está como para dar clases ¡y en diferentes disciplinas!, aquí les dejo el original. Léanlo, vale la pena. Este es el día que la supernova se apagó, el día que la red se detuvo.




La muerte de Michael Jackson pone al desnudo el comportamiento del mundo digital frente al insaciable apetito de información. Ésta es la crónica de las 72 horas posteriores al evento que sacudió a la Red.


Hace una semana, con el fallecimiento de Michael Jackson, fuimos testigos de un evento que detuvo y unificó a un enorme porcentaje de la población del universo Web alrededor de una noticia.

Los consumidores de información digital fuimos atrapados por un torbellino de frenesí mediático por información inmediata, una salvaje carnicería digital por la primicia informativa.

El suceso confirmó rotundamente el poder viral de las redes sociales como principal fuente ante noticias y eventos sorpresivos o no planeados.

Ésta es una mirada al consumo de información por parte de los habitantes/cibernautas de la era Web 2.0.

De cómo se gesta, se distribuye, se consume y se comparte la información entre redes sociales, blogs y medios de comunicación online y tradicionales.

Así evolucionó la información en línea y en medios de comunicación durante las 72 horas siguientes a la muerte de Michael Jackson.

La Hora Cero

Considerada una fuente de información no muy confiable en el mundo del espectáculo (suelen publicar rectificaciones de rato en rato), TMZ.com es un portal dedicado a rumores y noticias de la farándula.

Cuando se trata de perseguir a figuras públicas en todo momento de sus vidas privadas, TMZ surge como el medio online de referencia (igual que PerezHilton.com). Sus 16 millones de visitas mensuales confirman su enorme popularidad.

Antes de las 4 de la tarde, fue ahí donde se publicó la noticia sobre el traslado de Michael Jackson a un hospital en estado crítico y el rumor de su posible muerte.

En cuestión de minutos, los blogs y redes sociales (más libres a la creación y y difusión de información sin necesidad de versiones oficiales) replicaron la noticia convirtiéndola en un auténtico tsunami de bytes.

Ahí se dio la primicia para la mayoría de los cibernautas, en Twitter y Facebook, y los medios tradicionales en sus versiones digitales de inmediato trataron de seguir el paso.

Oleadas de cibernautas corrían a buscar más información o confirmaciones en los medios tradicionales.

Todos comenzaron a publicarlo sin confirmación oficial de por medio, con párrafos de descargo donde "se presumía" o "todo indica", o refiriendo a la información publicada por TMZ u otro medio. CNN fue el único que espero hasta el final.

La demanda de información puso a prueba a los medios, quienes reaccionaron como mejor les permitía su infraestructura, impulsados por un deseo de rating y visitas. Muchos, incluido TMZ.com, experimentaron tal crecimiento en su tráfico que sus servidores no pudieron con la demanda.

Los sistemas de protección que se encuentran detrás de los buscadores de Google, registraron un afluente de información relacionada y solicitada sobre Michael Jackson que asumieron que Google se encontraba bajo ataque (http://www.wired.com/epicenter/2009/06/google-michael-jackson-search-spike-seemed-like-an-attack/).

Google arrojaba como respuesta a millones de búsquedas un mensaje que decía: "Para proteger nuestros servidores, no podemos procesar su petición ahora".

De acuerdo a estadísticas de Nielsen, casi un 9 por ciento de todos los blogs en el mundo comenzaron a generar información o entradas en las que hacían referencia a Michael Jackson, más del doble de lo que se vio alrededor de la toma de posesión de Barack Obama en enero, y más de cuatro veces lo visto durante los días en que la influenza saturó los medios de todo el mundo.

Keynote Systems, empresa de monitoreo de rendimiento online, dio a conocer que en esas primeras horas, los websites de ABC, CBS, LA Times y AOL se volvieron casi imposibles de accesar (sólo un 10 por ciento de usuarios accesaban con éxito).

Wikipedia cerró a una posible edición la entrada de Michael Jackson.

A lo largo del jueves, CNN.com alcanzaría los 103.7 millones de pageviews, concentrando casi el 20 por ciento de dichas visitas alrededor de las 16 hrs.

No faltó quienes cayeron en el frenesí informativo de creer en los rumores que surgieron sobre las supuestas muertes de los actores Jeff Goldblum y Harrison Ford, imaginando la confirmación como la gran portada del siguiente día, o de la página Web en la siguiente hora.

La confusión se apoderó de los reporteros nacionales que en las páginas Web de los periódicos incluían notas basadas en videos alterados que tomaban como verdaderos y actuales.

Otros, queriendo dar el "golpe mediático" publicaban hipótesis alternas a la noticia.

El autoproclamado "Queen of All Media", Perez Hilton, se autoexilió en un intento por ser la voz que diera una primera alternativa a la historia cuando publicó (para después corregir) que la muerte de Michael Jackson podría ser sólo un engaño publicitario y de mercadotecnia previo a sus conciertos en Londres.

Una noche agitada

En cuestión de horas, iTunes había visto modificadas la mayoría de sus listas Top. A pocas horas de la muerte de Jackson, del top 10 de ventas, 7 canciones eran del Rey del Pop, incluyendo la primera ("Man in the Mirror").

Los artículos más vendidos en Amazon mostraban en listas de 10, al menos 7 u 8 productos de Michael Jackson.
Por primera vez los 10 trending topics o temas del momento en Twitter eran combinaciones de palabras sobre la muerte de Jackson.

Los temas más leídos (un Top 10) de cadenas como CNN, Time y NewYork Times eran en su mayoría notas, reflexiones, videos, datos, semblanzas y entradas afines sobre el cantante.

Como nunca antes se había visto en la reciente vida de redes sociales auténticamente globales como Twitter, Facebook y YouTube, la temática se había vuelto casi la misma.

La portada de The Huffington Post, el "periódico/überblog" con mayores lectores en todo el mundo Web, tenía su portada dedicada a la muerte de Michael Jackson. 30 por ciento de todos los tweets que se hacían se referían a la estrella.

Y sólo habían pasado 4 horas desde que se había confirmado, por CNN, la última fuente por su espera de información de primera mano, entrevistando al forense municipal, para dar la noticia como tal.

Todos queríamos más. El dato por enésima vez repetido y el análisis profundo al mismo tiempo, cualquier indicio que dibujara una imagen más completa del polémico artista.

Al llegar la noche, los usuarios migramos del monitor a la televisión en espera de más.

Larry King le dedicó su hora entera y Anderson Cooper (el titular de la emisión más importante de su programación) las siguientes dos con entrevistas por teléfono con especialistas de música, salud, de la industria musical, artistas y amigos cercanos.

En México, las televisoras hacían lo que podían para mantenerse al ritmo, al grado de que Joaquín López-Dóriga y Javier Alatorre le dedicaron un buen lugar de sus espacios al fallecimiento de Michael Jackson.

En CNN en español Carmen Aristegui hacía lo propio acompañada de Lynn Fainchtein y Rulo.

MTV y VH1 comenzaron lo que sería una larga transmisión de especiales para los siguientes días. Mientras que sus páginas Web ya mostraba un espacio dedicado a replicar todos los tweets hechos sobre el artista fallecido.

Durante esa primera tarde-noche, las páginas Web de todos los periódicos y agencias de información trataban de llenar el apetito de los sobreexcitados habitantes de las redes sociales.

Todo mundo tenía un comentario al respecto en Internet. Un comentario, un status, un tweet al respecto.

Toda esa información generada en el mundo online pronto se apoderó de las pantallas de televisión cuando tweets de celebridades aparecían en CNN y las 4 cadenas principales de Estados Unidos: ABC, CBS, NBC y Fox.

En países de Centro y Sudamérica, como Brasil, gran parte de la población online hablaba con tristeza del fenómeno en las redes sociales, mientras que México ya lo hacía enfrascado en una guerra de chistes y status entre sarcásticos y originales.

Cada cultura o país parecía mantener cierta independencia sobre el cómo asimilaban la noticia de un elemento clave de la cultura pop de las últimas cuatro décadas.

Al día siguiente

A la mañana siguiente, hasta las televisoras locales hacían enlaces a la calle donde hubiera un puñado de fans compartiendo públicamente su duelo.

No faltaron los imitadores que encontraron por fin el tan anhelado momento frente a las cámaras.

Todos hablaban del tema. Nadie quería quedarse fuera de la nota del día, la que había acaparado la tarde y noche anterior.

Un vistazo a las primeras planas de periódicos alrededor del mundo confirmaba la trascendencia mediática de la noche anterior. Este es un ejemplo de algunas. (http://www.nypost.com/photos/galleries/news/nationalnews/pp_20090626_jackson_covers/photo23.htm)

El impulso llevó a algunos, como el presidente Felipe Calderón, a participar en la fiesta de la opinión y declarar, durante el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que "uno de los mayores ídolos de varias generaciones y el mayor vendedor de discos de música de pop murió precisamente a causa de un uso indebido y excesivo de drogas, en lo que sería también la plenitud de la edad", quizás sin considerar demasiado que en este caso se trataría de drogas legalmente prescritas, considerando además que la primera autopsia e investigaciones respecto a la causa de la muerte de Michael Jackson no ofrecían aún ninguna versión oficial.

Tratando de captar la atención de los cibernautas, algunos medios publicaban notas tan absurdas relacionadas con el cantante como la del camello blanco nacido en el zoológico de Nuremberg que fue bautizado como Michael Jackson.

Por la tarde, las cuatro cadenas principales de EU ofrecían información de todo tipo, desde conjeturas sobre las reacciones apropiadas que debieron realizarse para revivirlo inmediatamente después del paro respiratorio, hasta entrevistas con amigos tocando la polémica vida del artista.

Al terminar el día y la semana laboral, millones de cibernautas se transformaron en televidentes, pues ahí se trasladaría buena parte de la oferta informativa y de entretenimiento sobre Michael Jackson. Aunque el furor sobre el tema casi no disminuyó en la Red durante los siguientes días.

Antena 3, de España, ofreció mesas redondas de revistas del corazón tocando todos los temas imaginables sobre la vida, más personal que profesional, de Michael Jackson.

En pocas horas, las listas de los videos más vistos de Michael Jackson en YouTube, aumentaron cada uno (cerca de 40 videos) más de dos millones de visitas.

Para el domingo, cada uno de estos videos incrementó sus visitas en 4 millones.

También, súbitamente, se "dieron de baja" de YouTube todos los videos de la entrevista de 1993 entre Michael Jackson y Oprah Winfrey por petición de Harpo Co., la empresa controladora del imperio mediático erigido alrededor de Oprah Winfrey y dueña de los derechos de este material.

La noche del viernes, de nueva cuenta, Anderson Cooper le dedicaba su programa al tema, incluyendo debates sobre los juicios de Michael Jackson o las declaraciones de Lisa Marie Presley, hasta análisis médicos y video como aquel de los reclusos en una prisión filipina que montaron una coreografía masiva de Thriller. (http://www.youtube.com/watch?v=2LkqAb5Eu9g)

Fue entonces cuando comenzaron a aparecer videos y blogs que festejaban o caricaturizaban la muerte del cantante y donde incluso aseguraban que era un adorador del Diablo. http://hhboard.ihiphop.com/hip-hop-videos/430700-cartoonists-attacks-michael-jackson-life-death-depicts-god-devil-flipping-coi.html y http://www.youtube.com/watch?v=hqUlBZJsAno

Entonces también comenzó a circular en la Red el artículo del Times del 31 de mayo que ahora surgía como una suerte de predicción fatídica. http://entertainment.timesonline.co.uk/tol/arts_and_entertainment/music/article6372171.ece

Fin de semana

El comunicado de que los resultados de los exámenes toxicológicos y la segunda autopsia solicitada por la familia al cuerpo del cantante llevarían de 6 a 8 semanas fue el punto informativo que definió lo que sucedería en las siguientes horas.

No habría información oficial nueva relacionada con la muerte de Michael Jackson. Todo debería esperar a los ritmos usuales de la información, cubierto por las agencias, organizado en ruedas de prensa o investigaciones.

MTV y VH1 prepararon especiales, maratones, conteos y semblanzas para todo el fin de semana, incluso en sus producciones más locales.

MTV incluyó en su página un espacio automáticamente actualizado donde se mostraban todos los tweets que contenían la palabra Michael Jackson así como accesos a destacados en video de su programación en vivo.

CNN dedicó sus especiales de sábado y domingo al tema. La emisión conducida por Larry King incluyó presencias de celebridades como Usher y Liza Minelli al lado de amigos de Michael Jackson y ex representantes legales.

La discusión abarcó el estado mental y físico del artista, y sus acusaciones. Esta postura editorial se había mantenido desde el jueves por la noche.

Comercialmente, los incrementados ratings de los programas de CNN habían sido un éxito. La audiencia lograda por esta cadena de noticias en el segmento de adultos entre 25-54 años en su Prime Time del jueves alcanzó los 1.8 millones de espectadores, contra los 253 mil televidentes de la noche anterior en el mismo horario (según información de ratings por cable en EU). (http://entertainment.timesonline.co.uk/tol/arts_and_entertainment/music/article6372171.ece)

El programa de Campbel Brown de las 8 p.m. (hora local) alcanzó los 4 millones de espectadores.


El regreso a la 'normalidad'

Para la mañana del domingo, los trending topics de Twitter volvieron a mostrar su diversidad de todos los días. Aparecieron temas como Irán, la Copa Confederaciones, Billy Mays y Beyoncé.

Para la noche, ninguno de ellos se refería a Michael Jackson.

El furor inicial había pasado. Nació en las redes sociales y ahí ya no tenía vida.

Los medios volvieron a atender otros tópicos. Volverían a ser la fuente inicial de información en el seguimiento al caso de Michael Jackson.

Tras la experiencia del jueves y viernes, los medios tradicionales de información deberán replantear su función ante afrentas informativas como ésta, su nivel de presencia e involucramiento con las redes sociales, su oferta de contenido específico ante noticias súbitas y su capacidad tecnológica para responder eficientemente al caos cibernético como el de ese jueves y comprender el comportamiento, las necesidades y los impulsos de los habitantes de la auténtica aldea global: Internet.




Fotos: La piel del toro, diario vasco,

lunes, 6 de julio de 2009

La muerte de Peter Pan

Entre chistes y mitotes hace ya días que Michael Jackson, el Rey del Pop, el exceso convertido en bailarín, el hombre mas solo del mundo se murió.

Hay mucho que contar de él, porque más allá de sus habilidades artísticas se fue uno de los únicos fenómenos globales que quedaban, una supernova, más que una estrella, inflamándose hasta quemarse en su propia ebullición.

Para arrancar dejo aquí un extraordinario artículo publicado en el diario español El País, esta joyita del periodismo es autoría de Yolanda Monge y aquí pueden consultar el original, pero como sé que les dará hueva andar rondando los rincones de la ciberia, se los dejo completito y copeteado. Luego discutimos.

Buen provecho.


La máscara era Michael

VIDA Y MUERTE DE MICHAEL JOSEPH JACKSON


El Rey -del Pop- ha muerto. ¿Larga vida al rey? ¡Larga!, claman frenéticos sus incondicionales queriendo acallar las voces más críticas, si no con su música -incuestionable el legado- sí con su persona. Ha muerto Michael Joseph Jackson. Sin cumplir 51 años. Ha nacido la leyenda, en un mundo que parece necesitado de ellas.



YOLANDA MONGE 05/07/2009

Se le paró un corazón que dicen tenía roto hace tiempo. Se le paró mucho tiempo antes de lo que las estadísticas dicen que debería haber latido. Se le paró no se sabe todavía bien por qué, aunque puede que en unas semanas, cuando se conozcan los resultados toxicológicos de la autopsia, haya un titular relacionado con el excesivo consumo de medicamentos para acallar sus demonios. Durante su torturada vida ingirió y bebió desde Valium hasta morfina, pasando por Xanas, Demerol, OxyContin o Propofol (Diprivan en su marca comercial), un sedante que induce el sueño en las intervenciones con anestesia. "Quiero poder dormir ocho horas seguidas", suplicó a una enfermera que le asistió hasta tres meses antes de su final y a la que reclamó una receta de Propofol.

Si su vida se pudiera comprimir en capítulos tendría títulos como Sus últimos días; Su torturada infancia perdida; Su extraña vida amorosa; Días extravagantes; La cara mutante; Los escándalos; Su herencia; y por último, aunque no menos importante, Su paternidad. Todos están escritos y todos empiezan como en los cuentos, como en el mundo de Peter Pan que Jackson quería emular sin darse cuenta de que se había convertido en una caricatura de cómic manga.

Érase una vez...

Un niño con tanto miedo a ser rechazado que decidió hacer lo imposible para que la gente le quisiera. Lo imposible le convirtió en un moderno fantasma de la ópera a quien el bisturí destrozó tanto -25 intervenciones de nariz, de implantes de pómulos, de ojos, de barbilla, de borrado de pigmentación...- que habría que haber comprobado sus huellas dactilares para saber que hablábamos de la misma persona -negra- que nació en Gary, Indiana, en 1958. El rechazo que experimentó contra su persona alimentó su ambición de ser la mayor estrella del pop que el mundo hubiera conocido. Jackson estaba obsesionado con las leyendas cuya gloria se catapultaba a la estratosfera con sus muertes.

Quería ser más famoso que Elvis Presley. Lo consiguió. Quizá al precio de su vida. El mismo que pagó Dorian Grey por querer vivir eternamente bello. El ficticio Grey cayó muerto en el suelo, avejentado y desfigurado, tras matar a su propia imagen. Cuesta creer que Michael Jackson no llorase cada mañana ante el espejo antes de preguntarse: ¡¿Qué demonios me he hecho?!

No sabía Michael que el deseo de agradar le acabaría convirtiendo en un personaje desagradable al que la gente evitaba mirar o miraba con repugnancia. Atrás quiso dejar la memoria del niño negro a quien su padre hacía ensayar los ritmos y los pasos de baile a golpe de cinturón contra su piel. Un niño a quien su autoritario y ambicioso progenitor chillaba que era feo y que nunca estaba a la altura. "¡Dios santo, esa nariz es horrible y enorme!", recordaba Jackson que le repetía hasta la saciedad su padre, Joe Jackson, delante de todo el mundo. "Era muy duro", explicó el cantante a uno de sus biógrafos. "Hubiera sido más feliz si hubiera podido llevar una máscara".

La careta comenzó a esculpirse con una primera operación de nariz a principio de los ochenta, en lo más alto de su fama. El niño negro que era adorado por los fans por su cándida voz, su dulce sonrisa y su mirada limpia; el niño de 9 años que junto a cuatro de sus hermanos escribió una página de la historia musical de la Motown bajo el nombre de los Jackson 5; ese niño abandonaba la infancia para entrar en la siempre difícil adolescencia, en su caso complicada con el hecho de que tuvo que optar por una nueva carrera en solitario. Sus biógrafos dicen que Michael odiaba su nariz, que detestaba sus granos adolescentes y que los amigos de la familia que pasaban por su casa tenían problemas para reconocerle. ¿Dónde estaba la monada de 10 años que con ojitos de cordero cantaba I'll be there?

No estaba. No estaría nunca más. Aunque la estrella dedicó su vida a la misión imposible de recuperar una infancia perdida.

Érase una vez... Ése es el letrero que preside la entrada al rancho de fantasía de Neverland, la entrada a un mundo de nunca jamás y niños perdidos como en el cuento de Peter Pan. Ésa es la historia de Michael Jackson, la de un cuento de hadas convertido en aterradora pesadilla, la de un artista infantil, la de un juguete roto como Judy Garland.

La etiqueta impone no hablar mal de los muertos. Por lo que tras el anuncio del fallecimiento de Jackson el pasado 25 de junio se ensalzó la grandeza del increíble músico que fue, la historia que escribió para los anales de la música y la huella que ha dejado en todas las generaciones posteriores. Desaparecieron los Beatles; desapareció Elvis y desapareció Sinatra. Detrás de Jackson no hay nadie de su magnitud ni de su brillantez ni de su popularidad. Sólo le seguía a una distancia bastante prudente Madonna. Más que bastante prudente.

Pero una vez establecido el in memórian era inevitable que las excentricidades, que la megalomanía del Rey del Pop -apodo cuyo bautismo se atribuye a su íntima amiga Elizabeth Taylor, que celebró su octava boda en Neverland- volviera a recordarse una vez más. Las fotos incomprensibles que provocan levantamientos de cejas comenzaron a reeditarse; los juicios morbosos a recordarse; las declaraciones impactantes a imprimirse.

Ahí estaba el niño de Indiana que había conseguido la cuadratura del círculo. El negro que acabó casándose con la hija de Elvis y comprando el catálogo de canciones de los Beatles. El hombre que de tanto intentar borrar el color de su piel, de tanto perder peso, acabó pareciendo una momia. O uno de los zombies del vídeo más famoso de todos los tiempos. El actual Michael Jackson no hubiera necesitado maquillaje ni peluca para aparecer en Thriller. Michael Jackson, el hombre que no era ni blanco ni negro; ni joven ni viejo; ni niño ni hombre; ni heterosexual ni homosexual.

"¿Eres todavía virgen?", le espetó al cantante -que ya pasaba los 35 años- una Oprah Winfrey directa y descarnada en una entrevista que a día de hoy es el programa no deportivo más visto de la televisión estadounidense. "Soy un caballero", dio como ambigua respuesta. Eran días de tormenta en Neverland. Corría 1993 -atrás quedaba el mayor momento de su historia musical con el Off the wall y el Thriller de los ochenta- cuando Jackson se enfrentó a la acusación de abusos sexuales a un menor. No sería la primera vez. Evan Chandler, en nombre del pequeño Jordan de 10 años, llevó a los tribunales al Rey del Pop. Jackson dijo entonces que todo era inocente, que su relación era "limpia y espiritual", que sólo veían películas de Disney juntos. El niño habló de sexo oral y describió con detalle el pene con la piel descolorida del cantante, los testículos con manchas blancas que parecían las ubres de una vaca -Jackson siempre alegó en su defensa ante los que le acusaban de querer borrar su raza que sufría de vitíligo, una enfermedad que decolore la piel-. El fiscal del distrito exigió al cantante que mostrara su sexo al juez. El juez le pidió que le enseñara el pene. Para salir de dudas y de paso probar su culpabilidad. Para regocijo de los tabloides...

No hizo falta. Los abogados de Jackson llegaron a un acuerdo privado con la familia para que se retirasen las acusaciones, acuerdo que distintas fuentes cifran entre 20 y 25 millones de dólares. En esos días se sitúa el inicio de la adicción a las pastillas del cantante -aunque ya había flirteado con ellas cuando durante el rodaje de un anuncio de Pepsi los operarios le quemaron el pelo y para contrarrestar el dolor y la humillación se refugió en los calmantes-. En aquellos días oscuros, en la soledad de una habitación rodeada de peluches, de enormes figuras de Peter Pan y de mickeys mouses gigantes, Michael Jackson, que bebía zumos de vitaminas en biberón, decidió contrarrestar los rumores sobre su sexualidad y anunció por sorpresa su boda con Lisa Marie Presley. La ficción -que ambos negaron que fuera tal- duró apenas 22 meses. Un beso en la boca de la pareja a la entrada de los premios MTV en 1994 revolvió el estómago de muchos espectadores. Jackson no era creíble. Como no lo era el beso. Pero ése sólo era el principio de una espiral de locura no superada por ninguna otra figura pública.

Existen otros excéntricos artistas contemporáneos. Alice Cooper, Ozzy Osbourne, Marilyn Mason... Pero Jackson no se quitaba la máscara al llegar a casa. Él era la máscara. Una pantalla que a veces redoblaba con velos sobre su rostro. Como los que colocaba sobre las infantiles caras de sus tres hijos, cuya paternidad está ahora cuestionada. Si el matrimonio con Presley acabó sin descendencia no sucedió lo mismo con el que le siguió años después con Debbie Rowe, la asistente de su dermatólogo -sí, la asistente del dermatólogo, con consulta en Rodeo Drive, y sobre quien ahora se dice que podría ser el verdadero padre-. En duda está la verdadera paternidad de Jackson, la que se mide en espermatozoides, aunque esa batalla está perdida para aquel que quiera librarla. En blanco y negro, sobre el papel y ante los tribunales, Michael Jackson es el padre de sus tres hijos, los concibiera quien los concibiera, sea de quien sea el semen -aunque se escribirá y leerá mucho sobre esto, vaya que si se escribirá-, el material genético no gana pleitos cuando se ha donado y está establecido claramente un progenitor en las partidas de nacimiento. En este caso lo está.

Pero hay quien fomenta la duda. ¿Será porque una enorme fortuna acaba de recaer sobre sus tres hijos? Dos de ellos son fruto de su unión con Rowe. Del tercero dice su partida de nacimiento que la madre es "desconocida". De momento, los tabloides ya informan de que una tal Nona Paris Lola Ankhesenamun Jackson reclama desde Londres la maternidad de todos los hijos del astro. Prince Michael I, 12 años; Paris, 11; Prince Michael II, más conocido como Blanket (manta), 7. A los tres los cuidará hasta el final de sus días por expreso deseo del artista la madre de Jackson, Katherine, de 79 años. Eso dice el testamento que el artista redactó en 2002 y que era desconocido para la familia. También dice que si su madre hubiera muerto antes que él -no ha sido el caso- o lo hiciera cuando él ya no existiese -es el caso-, la custodia de los niños pasaría automáticamente a la cantante y largo tiempo amiga Diana Ross. La estrella deposita todos sus haberes -que aumentan más y más cada día tras su muerte- así como su inmensa deuda actual de 500 millones, en un fondo familiar que administrará la matriarca del clan Jackson. Ni un centavo para el castrante padre. Fuera de su última voluntad queda también su ex esposa Rowe, de forma específica.

El megaimperio de Jackson se construyó sobre la base de cuatro simples pasos. Cuatro pasos hacia atrás que durante la celebración de un especial televisivo conmemorando el 25º aniversario del sello de discos Motown lanzaron a un joven Jackson al estrellato. Con sus pantalones negros pesqueros, sus zapatos castellanos del mismo color, sus toreras y unos calcetines blancos que obligaban a mirar a sus pies, Jackson entró en la historia de la mano del moonwalk. El baile surrealista del genio fue a partir de entonces imitado por miles de niños que abrillantaban el suelo de sus casas descalzos en calcetines tratando de emular al maestro. Cuatro pasos insuperables que convirtieron al artista en el primer negro que formaba parte de la cultura blanca. Rompió la barrera de la raza como luego hizo Oprah, Tiger Woods o Barack Obama.

Eran tiempos aquellos en los que Jackson todavía era más conocido por su música que por su psicodelia. Por venir estaba su segunda acusación de pederastia y un juicio que en 2005 duró 14 semanas y al que, en una ocasión, un casi etéreo Jackson acudió a declarar en pijama, arrastrando los pies junto a su madre, que no le abandonó ni por un momento. Fue absuelto de todos los cargos, excepto del de la sospecha. "Nunca se recuperó de aquello", contaría un amigo cercano.

Para cauterizar la herida que sangraba clausuró el mundo de Nunca Jamás de Neverland (Santa Bárbara, California) y se juró que nunca más volvería al infausto lugar de su linchamiento público. Jackson inició entonces una huida frenética que le llevó a vivir en sitios tan dispares como Bahrein e Irlanda. Por eso sorprendió cuando la familia anunció que los restos mortales del cantante descansarían en Neverland. A una semana de su muerte, el lugar definitivo que acogerá su cuerpo seguía siendo un misterio.

Su personalidad se volvió tan excéntrica que en su habitación instaló una cuna donde dormía su gran amigo Bubbles, un chimpancé junto al que el artista Jeff Koons le inmortalizó en una escultura de cerámica dorada. Su conducta se tornó tan errática que en una ocasión quiso presentar a su bebé Blanket a los fans que reclamaban su persona sacando al recién nacido por encima de la barandilla de la ventana de su habitación de hotel en Berlín. Sus costumbres se convirtieron en carnaza para el amarillismo, como la de dormir en una cámara hiperbárica con el objetivo final de frenar el paso del tiempo. Sus adquisiciones tan disparatadas como su intento de comprar el esqueleto del hombre elefante John Merrick, con quien veía similitudes en su torturada existencia. Su religión cambió, dejó de profesar la fe de su madre, devota seguidora de los Testigos de Jehová, para convertirse al Islam -"llámame Mikaeel"- y coquetear con la Nación del Islam de Louis Farrakahn, una escisión del islam tradicional dirigida a la población negra que tiene controvertidas creencias, como que esta raza es superior.

De lo anterior ha hablado largo y tendido la que fue niñera de los hijos de Jackson y estuvo junto al cantante durante 17 largos años en los que vio y calló -fue despedida en numerosas ocasiones-. No ha callado más. Entre otras cosas, Grace Rwaramba, 42 años, origen ruandés, cuenta que el grupo de Farrakhan hizo creer a Jackson que el alquiler de su mansión en Los Ángeles costaba 100.000 dólares al mes, aunque ella asegura que el precio estaba inflado y la Nación se quedaba con la diferencia.

Esas declaraciones de Rwaramba afectan a la siempre polémica Nación del Islam. Pero son la punta del iceberg en la enloquecida conducta de Jackson. La niñera asegura que en más de una ocasión tuvo que practicar un lavado de estómago al cantante ante su habitual costumbre de mezclar pastillas en cantidades ingentes. Vivía sin rumbo. "De habitación de hotel en habitación de hotel, sin cuidar a sus hijos y sin ser consciente de la realidad", aseguró Rwaramba en una entrevista con el diario londinense The Times. Ajeno al aquí y ahora, Jackson temía a todo el mundo, todos eran considerados enemigos que querían dañarle y, por ejemplo, escondía el dinero en metálico en bolsas de plástico bajo las alfombras o en los armarios.

Rwaramba cuestiona que el artista estuviera preparado para la tarea titánica a la que se enfrentaba: 50 megaconciertos en Londres que debían empezar la semana próxima y cuyas entradas se vendieron en horas tras el anuncio. "¡Cincuenta actuaciones! ¿Qué locura estás haciendo?", le preguntó la niñera confidente. En abril, otra persona cercana al astro, Bryan Stoller, puso en duda que el frágil cuerpo de Jackson pudiera producir la energía necesaria para esas actuaciones. "Me quedé impactado cuando le abracé", recuerda hoy Stoller. "Era como abrazar un saco de huesos".

El caso es que Jackson pasó todos los controles sanitarios que exigía el draconiano seguro médico de AEG, la empresa que gestionaba los conciertos. "Estaba feliz", dijo poco después de conocer su muerte su coreógrafo Kenny Ortega, y una de las personas que vivió las últimas horas de Jackson. La prueba de su buen estado de salud y de que estaba pletórico ante la idea de retornar a los escenarios está en una grabación de 100 horas con todos los ensayos que ha hecho AEG, que ya se frota las manos ante la más que probable idea de editar un DVD que lleve por título: The last concert, el último concierto, dicen fuentes de la industria discográfica.

El día antes de su muerte, Jackson llegó al punto de ensayo en el Staples Center de Los Ángeles -y más que probable lugar para que los fans le den su último adiós en una capilla ardiente abierta al público- sobre las seis de la tarde. Bailó como no lo había hecho desde hace mucho, mucho, mucho tiempo. Corrigió algunos pasos de su cuerpo de baile y confraternizó con todos. Cantó, y la única queja que emitió es que sentía un pequeño dolor de garganta. Nada más.

Poco antes de las dos y media -14.26, para ser exactos- del día siguiente, Jackson abandonaba este mundo. Había comido una ensalada de pollo. Doce horas después de que proclamara su felicidad y dijese que estaba listo para volar a Londres, el cantante expresó sentirse "débil". Sus asistentes le llevaron a la cama. Poco después entraba su médico personal, Conrad Murray -que había pasado la noche con él-, para comprobar cómo seguía quien sin lugar a dudas era su más famoso paciente. Jackson prácticamente no tenía pulso y no respiraba.

El resto es historia. Una llamada frenética a los servicios de emergencia diciendo que Jackson no respiraba. Varios intentos de reanimar su corazón por parte de Murray. Una ambulancia que llegó inmediatamente -aunque fuentes cercanas al hospital dicen que para entonces "su cara ya no tenía vida"- y transportó al artista hasta el centro médico Ronald Reagan de Los Ángeles donde se certificó su muerte.

Los fans comenzaron a llorar su muerte. Todavía hoy la lloran. Desde una cárcel en Filipinas, un grupo de presos le recordaba y le rendía tributo bailando Thriller en el patio del penal. Michael Jackson sabía de la importancia de su vuelta al santuario que para él era el escenario. Sabía que el mundo le esperaba. No quería dejar de ser el Rey pero puede que su endeble físico y sufriente corazón no pudieran con tanta ansiedad. Puede que Michael muriese por necesitar dormir ocho horas en paz, sin sentir dolor, sin sufrir por no estar a la altura de las expectativas, refugiado en el mundo de fantasía que proporciona la química. Como murió Elvis. Como él confesó a la hija del Rey -su esposa- que sabía que iba a morir. "Me temo que acabaré mis días como él". Michael Jackson sólo vivió ocho años más que el Rey, derrumbado a los 42 en el baño de su casa tras una sobredosis de barbitúricos.