A las 9:02 del 19 de abril de 1995 los miles de kilos de fertilizante y combustible convertidos en bomba de tiempo despedazaron el edificio federal en el centro de Oklahoma, a las 9:03, la ciudad ha perdido su inocencia para siempre.
Siempre es duro visitar los monumentos dedicados a la tragedia. Son verdaderos mausoleos de las emociones que me ponen de mal humor. La mala vibra la he sentido en el Ground Zero de Nueva York, donde en pleno otoño el viento gime y lastima las articulaciones en sus despertares tristes de ecos del Wolrd Trade Center o frente a los restos de coche de fondo destrozado en el que otro artefacto diseñado por la mafia italiana dio fin a la vida de un reportero, como lo vi en el Newseum en Washington. Oklahoma no es la excepcion.
Es probable que se deba a que en el segundo piso del edificio se encontraba una guarderia en la que murieron varios niños, es probable que los ositos de peluche de lagrimales ficticios colgados como ofrendas en las paredes ayuden a enrarecer el ambiente, puede ser que colabore el hecho de ver las pequeñas sillas colocadas en el lugar que albergaba el inmueble que simbolizan a los menores entre los 168 muertos esa jornada, igual y es escuchar la grabacion de la explosion captada por una transmision radial. Total que en estos lugares me angustio y me duele, independientemente de donde sean los muertos, el dolor de los fallecidos civiles lastima ante la estupidez del terrorismo.
A los estadounidenses les duele mas todavia. Porque lo peor para ellos fue darse cuenta de que el hijo de puta que les dio la estocada no era un hombre con turbante y barba, sino un guero militar de sus mismas tropas, esas que creen tan impolutas, tan inmaculadas de los males pensamientos contra su patria.
Timothy Mac Veigh le dio una bofetada al american way, porque los vecinos supieron que para odiar no se necesita un color especifico de piel ni una ideologia lejana. El terrror dejaba de ser producto de importacion del medio oriente. Eso le dolio a Estados Unidos, pero sobre todo, los ha dejado llenos de verguenza.
2 comentarios:
Very good, very nice my dear Alonsou¡¡¡ Kisses.
A eso le llamo periodismo con dolor
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