Compro Soho por los buenos artículos (los mujerones que enseñan sus muy apetecibles miserias se agradecen como bonus tracks), así que para mantener mi credibilidad intacta les paso este artículo espléndido que apareció en su edición número 90.
El objetivo es simple, demostrar que uno no tiene porque perder la compostura ni las buenas maneras avasallado por la tecnología. Espero nadie se vea reflejado en este ensayo, (¡qué horror!) y si lo están, por lo menos dedíquense una sonrisa cómplice.
Nuevo protocolo para usar tecnología
Por: ANDRÉS RESTREPO
Los nuevos tiempos exigen decisiones radicales, de fondo, audaces. Y nada hay más de fondo que la forma. Por lo tanto, me permito poner a consideración del público lector las siguientes reglas o normas básicas de la más elemental etiqueta tecnológica, no sin antes advertir que este ejercicio debería actualizarse con plata de Bill Gates por lo menos una vez al año.
Sobre el teléfono móvil y el mundo que nos rodea.
Está mal visto por la gente de bien el abuso sin compasión del teléfono celular como medio de difusión masivo de los gustos, angustias o penurias personales. Tópico particularmente preocupante en nuestros días es el del timbre del teléfono. La verdad, nadie piensa que usted es el alma de las fiestas porque le suene "la sirena viene hacia mí…" mientras hace fila en el banco ni agradecen "la lambada" en un velorio cuando lo llaman al celular. Cómprese una camiseta que diga "Soy único" si lo que necesita es reafirmar su individualidad, pero no nos someta a semejante espectáculo.
Respecto al uso del teléfono móvil en sitios públicos, la jurisprudencia de la Corte Penal Internacional ha dado recientemente un paso muy importante en este sentido: aunque el linchamiento pareciera ser una práctica bárbara y en desuso, es correcto (e incluso aconsejable) practicarla con el miserable que contesta el celular en cine o teatro. Criticable, por el contrario, es no hacer parte de la turba enfurecida en un caso como estos.
Por último, un llamado a la introspección en los momentos de soledad… Si está solo en un restaurante, en una biblioteca, o en el consultorio odontológico, no es necesario que se ponga a llamar uno por uno a su lista de contactos para ver en qué andan. A los demás no nos interesa si "la caspa del Brayan ya llegó", si "la vieja de anoche al fin sí llamó a su amigote" o si "mamá pudo hacer la consignación" para que ustedes vengan a gritarlo por teléfono en un sitio que permanece en relativo silencio o donde usualmente se habla en voz baja. En este frente, la conducta más reprobable la configura la llamada una vez el avión toca tierra para hacer un anuncio tan evidente como inútil: "Ya aterrizamos, pero todavía estoy en el avión". ¿A quién le importa? ¿Qué relevancia tiene esa información? ¿Usted llama a su casa a avisar que ya está en el parqueadero cuando llega en el carro? ?
Del respeto para con los signos ortográficos y para con la inteligencia de la gente.
Es propio de la que alguna vez se dio en llamar la "nueva clase emergente", el abuso de los signos ortográficos en las comunicaciones escritas vía MSN. Es como si por el hecho de ser gratis pudieran utilizarse a mansalva. Mensajes escritos del tenor de ¿¿¿¿¿Cómo asííííííí??? o Noooooo puede ser!!!!!!!! evidencian una falta de cultura inaceptable en quien las escribe.
En este mismo sentido, dice mucho (para mal) del sentido común de las personas que utilizan este tipo de mensajería instantánea, la transcripción de sus reacciones espontáneas (no hemos cambiado los nombres para proteger la identidad de nadie porque gente así merece el escarnio público):
Conejita77 dice: ¿En qué andas?
ZafarranchoTotal dice: almorzando porque estoy que me desaparezco.
Conejita77 dice: JA, JA, JA!!!!!!
ZafarranchoTotal dice: ¡¡¡¡¡¡Eructo?
Conejita77: [Suspiro] es tan interesante hablar contigo….
Por último, absténgase siempre de meterle a un diálogo que ya es patético lo que se ha dado en llamar "emoticones": muñequito saludando, bailarina saltando, dedo haciendo pistola, etc. Justificar el engalle de las conversaciones a través de MSN con emoticones, equivale a aprobar los carros con cabrilla forrada en tela, perrito con cabeza batiente en el frente y palanca de cambios con luz. ?
El ciberespacio y la finura en el envío de mensajes.
Creo que en este punto sobra cualquier comentario sobre las cadenas en los correos electrónicos. Sin embargo, la comunidad parece estar dejando pasar en forma desapercibida una especie igual de nefasta, pero incluso más reprobable: los mensajes edificantes en formato presentación. Esto es una peste, señores. No se sabe qué es más deprimente, si la forma o el fondo. Letras que van apareciendo una a una sobre la pantalla, renglones que se despliegan, fotos que se desvanecen. Y las imágenes de fondo de los textos que son propias de un traqueto sensible: atardeceres sobre el mar, caballos galopando, aves volando en grupo. ¿Todo esto para descubrir "que un amigo es el tesoro más grande"?
Para evitar ser repudiado por familiares y conocidos por el envío de este tipo de mensajes, limítese a enviar información concisa y relevante. Si desea salvar el espíritu de alguien, no sea amarrado y gástele una visita personal.
Lo que sí no admite perdón de Dios es enviar un mensaje de más de 2 MB a alguien que uno dice apreciar. Eso es prácticamente terrorismo. Es como una visita que se queda en la casa una semana. En ambos casos, lo mínimo es avisar y ayudar con el mercado, pero en el caso del correo electrónico, además del mercado, valdría la pena una invitación a comer al destinatario, solo para compensar la furia que le hizo dar.
Sobre las invitaciones no pedidas.
De acuerdo con The Economist, en la vida, la felicidad depende de ciertas pequeñeces como la familia, los amigos y el desarrollo profesional, pero sobre todo de no llenar formularios ni hacer fila. Hay que querer muy poquito a alguien para invitarlo vía correo electrónico a que se una a comunidades, redes o grupos virtuales donde toque llenar más de dos campos. De hecho, existen pocas cosas más humillantes que los campos con asterisco que amenazan diciendo que esa es información indispensable, que si no se llena (y bien) uno no entra a ver lo que le mandaron.
Del lenguaje, la defensa del castellano y la comunicación.
De pésimo recibo entre las gentes de bien es adoptar el vocabulario de manual de instrucciones (del computador, del celular, del iPod) en los diálogos de la vida diaria. Frases como "es que no he podido accesar", "resetee el coso" o "downloadee esa canción y me la pasa" son equivalentes al eructo en la mesa o a hurgarse las narices. Ni qué decir de la escritura tipo mensaje de texto en documentos o cartas en papel: x q? Slds.
Que estas líneas sean un primer llamado para recuperar las buenas maneras entre los amantes de la tecnología, para evitar que esto se nos siga convirtiendo en un paraíso de chabacanería. Salud
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