viernes, 31 de octubre de 2008

Grand finale

Entre enmascarados y encapuchados, el Halloween me dará la despedida de Nueva York. El navío parte de regreso hacia los nuevos retos que comienzan el lunes. Este viaje fue largo pero edificante, me hizo darme cuenta de lo que quiero y no quiero hacer, y cómo sobrevivir en el intento. Me pasee y aprendí, qué más puedo pedir?

Llevo discos, pero más música por dentro. La Babilonia del siglo 21 puede ser muy estimulante, el american way of life creado por los fundadores de estos dominios: la comunión entre las diferentes razas de la tierra, aunque a veces parece que es olvidado a propósito.

Todas las ideologìas caben, pero el libre mercado termina marcando su territorio, aunque el grito famoso de ¡Hasta la Victoria siempre! sigue presente en muchos lados para buscar el equilibrio.

Hoy me espera una velada que se antoja fabulosa con Armin van Bureen. El House y el Tecno le ponen el cerrojo a este periplo, me voy ahora a caminar estas calles heladas por última ocasión en este viaje, regreso con los míos y con la ferviente esperanza de seguir contando historias.

Con música de salida de espectáculo de Broadway le pongo fin a estas letras viajeras, su humilde narrador y seguro servidor les dice adiós, ha llegado la hora de hacerle caso a Dylan y diluirme en mi propio desfile.

¡Hasta la Victoria`s secret!



Pd: Esta canción de Morcheeba y su video respectivo representan muy bien la imagen del hotelito donde estuve y el espìritu neoyorquino, además, es un rolononón.

jueves, 30 de octubre de 2008

Postales

Musulmanes en busca de un parquimetro donde estacionar su tapete para hacer sus oraciones, protestas anti Bush, moles de concreto y vidrio como de Lovecraft posmoderno, el hotel donde me hospedo, los museos, la vida, la vida como tal. Esta es mi penúltima noche antes del regreso a la realidad. Guardo silencio y dejo que las imàgenes hablen por sí solas.




















miércoles, 29 de octubre de 2008

¡Playball!.. (y Playboy)



Como uno de esos estertores helados que parecen salir de los costados de los edificios cuando el viento arrecia, el clamor corrió remolinesco por las calles. Con cuatro grados centígrados en el termòmetro, pero una sensación térmica de 0 grados, en la gigantesca pantalla se veía caer el último out. Los Phillies de Philadelphia ganaban la serie mundial y mis dientes castañean mientras observo la escena en pleno Times Square, el corazón de neón, bytes y beats de Nueva York.

He sentido una nueva sensación del frío, los malditos frenos de metal hacen que sienta la trompa como si una minicomunidad de diminutos elfos taladrara mis muelas con brocas y chorros de agua fría, pero aquí seguimos, admirándonos con la admiración que el beisbol provoca en los estadounidenses.
No hablaré del Rey de los Deportes, pues la belleza del juego ya mucho y bien la describió el Mago Septién, basta decir que por unos momentos, las miradas tambien se congelaron sobre un solo punto, hasta los policías miraban disimuladamente el cierre del partido que determinó al nuevo campeón. Sólo una guerra mundial apagó el eco del bat sacando la pelota del parque. Tiemblen el día que una recesión haga que se suspenda el beisbol, ahì si las cosas es que están mal.

Hoy no cargué mi cámara, tengo la espalda como la de un Pípila posmoderno de tanto andar cargando tiliches, hoy me fui al Moma y decidì dejar las fotoss para mejor ocasión, o hasta que la rabadilla deje de joderme.

¿En qué se parecen Uma Thurman y Brooke Shields? en varias cosas, las dos son muy altas, no son precisamente unas jovenzuelas, son guapísimas y a las dos me tocó la fortuna de admirarlas
de cerca.
Uma llegó a hospedarse al mismo hotel en que nos pusieron a los del Programa Murrow para periodistas. Iba yo saliendo cuando de repente casi choqué de frente con una giganta rubia que salìa de las puertas giratorias. "¡Ma!, ¿pos qué se trae esta pelagartona"?, dije hasta que me di cuenta de quien era, que bueno que no dije nada, capaz que me maltrata como a los chinitos de Kill Bill, sólo admiré su imponente porte, está narizona, pero qué guapota es la méndiga.

A brooke Shields nos la topamos el Emannuel Sandoval y yo cuando paseàbamos por el Soho y ella estaba grabando un episodio de Lipstick Jungle. A sus cuarenta y tantos, esa mujer se ve como de 25, también es altìsima y se conserva delgada sabrá dios cómo, pero sus ojos aún conservan ese intensìsimo azul que derretía pasiones desde que los chavitos la veíamos con ojotes abiertos en La Laguna azul (no confundir con la de la mochila azul).
También vi caminando al coreanito que sale en Lost, pero ¿qué creen?, en una descuidada, ¡Se me perdió!

Asombra el glamour de Manhattan, las mujeres y los hombres se visten con elegancia aunque la cara de enojados no se las puede quitar ni Armani ni Dios padre. Recorrer las calles del downtown es pasear por enmedio de un desfile de maniquies perfectamente vestidos. El frío ha hecho que las aceras sean pasarelas de estolas, bufandas, abrigos, gabardinas, chaquetas, sacos, gorras, sombreros, cada uno más extravagante y caro que el anterior. No puedo negarlo, es una frivolidad que se disfruta admirar.

Los trapos no hacen al hombre, pero qué bonito lo disfrazan.

Los museos son maravillosos, verdaderos parajes donde uno se pierde entre trazos milenarios y telas que huelen a historia y a genialidad. He ido al MET, al Moma, al de Historia natural y me falta el Guggenheim, me gusta platicar con la gente, sobre todo cuando se asustan de que alguien les sonría y los saluda, el hotelito donde estoy está genial, ya luego les contaré, pero es como habitar una anécdota de Andy Warhol.

Pero no, estos viajes no saben igual solo.

Las cientos de pantallas de Times Square que borbotean luminosos colores y estridencias visuales a un ritmo frenético son un santuario al consumismo a prueba de crisis. la economìa gringa se cae a pedazos, pero estos anuncios no disminuyen el voltaje de sus presentaciones.

Hubo fiesta en Nueva york y creanme, el pròximo martes hay dos por uno en las cantinas, aquì no aplica la estupidez esa de la ley seca y si gana Obama, escúchenme, la estridencia y el jolgorio van a ser mucho mayores que cuando hoy, el grito de strike que marcaba el final de la Serie Mundial, le puso sonido a los vivos colores del Times Square.






Pd: se aceptan comentarios

sábado, 25 de octubre de 2008

Purple rain sin princess


El frío cayó en forma de pequeños cuchillos de agua.
Se elevó una plegaria en su nombre dirigida hacia la nada
allá entre esas nubes de algodón manchado de smog.
la oración dice, aún te extraño, se persigna con la cruz de neón, ozono en las alturas.
Los viajes no son tan solitarios como cuando se deja el corazón en casa
y si la belleza de la noche radica en su negrura,
también esa ausencia de luz se refleja en su ansiedad por no tenerla cerca para
abrazarla, tocarla con la punta de su dedo delineando su perfil
adivinando la forma femeninabajo el vestido de algodón negro que se quebra en la cadera, sugerente, como la soñó
como la recuerda cada cerrar de los ojos y despertar de las emociones.
El morado también es el color del duelo.


Foto: Empire state anoche bajo la lluvia

Reality Murrow

Llegué a la cita enfundado en un traje prestado por mi hermano que me quedaba un poco justo, puse las cartas sobre la mesa sin ningún tipo de ilusión: los frentazos contra la pared de la realidad se habían encargado de despojarme poco a poco de las esperanzas. Pareciera que después de todo, sería muy difícil ganarme la vida a palabras.
Hoy esos recuerdos me dejan un sabor agridulce en la punta de la lengua, ahí donde comienzan a saborearse las victorias pero también las desventuras que secan la boca. Hace 6 años con cuatro meses comenzaba una nueva etapa en mi vida, la más emocionante, pero también la más difícil, quería convertirme en un periodista en toda la extensión de la palabra, el diario para el que todavía trabajo era mi catapulta o mi guillotina, la espada de Damocles que cuelga del fino hilo de la hora de cierre.
Ha terminado el programa Edward W. Murrow para periodistas, me llevo mucho más de lo que dejo. me convertí en un ladrón de conocimientos de mis compañeros, atragantándome impunemente de su conocimiento, llenándome el buche con sus enseñanzas. Ya habrá tiempo para el desglose de conocimientos. Hiervo por platicar con mis compañeros muralescos, pasarles la estafeta, compartir lo que he aprendido y desaprendido, porque estos viajes también sirven para desterrar quimeras de las redacciones y despejar las telarañas que entorpecen el ejercicio del buen oficio periodístico.

Son las tres y media de la madrugada y los compañeros poco a poco se van despidiendo para tomar las naves que los regresan a sus realidades. Se ausentan los monstruos de los que coseché conocimientos y picardías reporteriles. El Gordo Iturri se regresa a joder políticos bolivianos con su ironía maldita y su humor negro, Nelson, Fredy y Ruth parten hacia el Ecuador, Balanta el colombiano nos deja con un nudo en la garganta marcando la estela de la frase que bautizó este periplo: "nunca me divertí tanto, vestido". Te extrañaremos negro. Esaud seguirá contagiando su pasión a sus alumnos. Laste se emocinará de nuevo cambiando titulares, Maria Elena seguirá repartiendo la bendición de sus sonrisas y sus verborreas sempiternas, Edval y Omaira se mantendrán construyendo trincheras en Venezuela, el Paisa Luis Alberto afortunadamente seguirá cuestionando, indagando y preguntando hasta dar con la respuesta adecuada como buen profesional que es, Claudia ignorará la clemencia que le pide su tobillo lastimado y continuará pròdiga en sonrisas, Carlos despedazará nuevas carreras basadas en el fraude con su humor hirviente y su lucidez aniquilatoria. Judith no olvidará su capacidad de asombro, llanto y carcajada despampanante. La paraguaya querida por todos abrazará a su nena de dos meses y la arrullará con las anécdotas del viaje y Eduardo seguirá en la búsqueda de transformar el delirio en certeza.

Yo, me bajo del camión apenas y dejo partir a mis amigos para evaluarme a la distancia. El tiempo será el que me diga que tanto habré cambiado y asimilado los conocimientos. Estoy contento y me siento afortunado de esta oportunidad de conocer un poco más del mundo que me rodea y un mucho más de mí mismo. Hoy debo agradecer a quienes siempre me han apoyado en toda circunstancia, los que me han aguantado y motivado, porque nosotros somos el reflejo de los otros.
Amo mi oficio, el mejor del mundo decía García Márquez; el que es amargo pero con recuerdos dulces, como señalaba Leduc, el que ha alimentado mi estómago y mi espíritu, el que me ha hecho esto que ves, para bien, o para mal, pero que me hace sentirme orgulloso por la intenciòn del deber que se quiere cumplir. El que me arrastra, me tumba y me levanta, me hace llorar y reír, por el que he recibido tanto golpes como agradecimientos y bendiciones, el que me va a sangrar el alma si algún día lo tengo que dejar.

Soy José Alonso Torres, periodista.

Foto: No soy guapo, pero estoy de moda (Te extraño Ady, manda foto)

viernes, 24 de octubre de 2008

Manzanota


La gente es tan fría como el ventarrón que corta con diminutas cuchillas el aliento y los labios. De repente pensé que estaba juzgando mal cuando una persona se acercó muy buena onda a ayudarme en el Metro... hasta que me di cuenta de que quería seducirme.


Bajo la noche se extiende un terciopelo de neón y luces estrambóticas. Los anuncios pasan a mil por hora extendiendo la consigna principal del Imperio: compra, compra, compra. Mil y una vez se repite el evangelio consumista que eleva asu voz a pesar de la tremenda recesión que se viene encima. Los estadounidenses, otra vez, tienen miedo, pero esta vez es porque no saben estar sin consumir, sin comprar baratijas de hartos niveles y precios.


No voy a ser tan imbécil como para aventarme uno de esos piensos apantallapendejos que dicen: "escuchaba a Lou Reed mientras caminaba por Lexington Avenue" como los que escriben los wanna be que quieren redactar como si tuvieran 15 años viviendo en La Isla aunque sólo vinieron 8 días de vacaciones. No.


Sòlo les diré una cosa: He llegado a la moderna Babilonia, me pasearé como un tipo que estará 15 días en esta estrepitosa calamidad. Y escribiré como tal.

jueves, 23 de octubre de 2008

Antorchas sobre la escarcha



Seamos honestos. Cuando uno planea venir de vacaciones a Estados Unidos, el decir "voy a planear mis días para turistear por Portland, Oregon", no está entre los planes.


Ubicado en la punta este del territorio gringo y pa acabarla de amolar, debajo de la Ciudad de Seattle,, el Estado de Oregon no es el más llamativo para los visitantes, yo nomás sabía que de ahí son los Blazers , ese equipo de basquet donde jugaba el tremendo Clyde Drexler que siempre sucumbía en las finales contra los Toros de Chicago.




Pero hasta acá llegamos a torear el chiflón y me llevé una agradable sopresa, Portlan es una ciudad chiquita pero a la que no le falta nada, no tiene impuestos de venta y el transporte urbano en las principales calles de la ciudad es gratuito. Se nota que aquí es el hogar de Matt Groening, creador de los Simpson y quien tomó de el nombre de sus calles, sus referencias para los amarillentos personajes. Así, puedo presumir que me compré unos pantalones escandalosos en la calle Flanders y comí sopa tailandesa en la calle del reverendo Alegría (que en inglés se llama Lovejoy).


Desde el aire, se nota cómo el otoño va pintando a su paso el paisaje con sus tonos encendidos. los rojos cobrizos textura de viga oxidada y el colorado emo se confunden con el amarillo vivo sobre las flores y las hojas de los miles de árboles que decoran las aceras, es como caminar en medio de una vereda de antorchas encendidas de fuego frío. Chulada de maiz prieto.




La gente es liberal, aunque más al este se concentran los conservadores nada artificiales que nunca dejan de votar. Aquí hay agua nieve y arena, pues la playa muestra el espejo que refleja hacia los rostros un gèlido aliento del oceáno Pacifico, es curioso el olor de la sal mezclado con el de los pinos, me recuerda al del orégano sobre una hogaza de pan salado.



El curso, maravilloso, platiqué con dos Pulitzer y me di cuenta de que en todas partes los periodistas pasan por los mismos momentos ingratos y dichosos del oficio. Tomé lo que me servía y deseché las contradicciones de siempre. Lo que me gusta es el espìritu autocrítico de estos periodistas que sin tapujos aceptan el mea culpa de sus metidotas de pata (como el asunto aquel chistosito de las armas de destrucción masiva en Irak).


Me siento feliz porque mi oficio me está permitiendo conocer la riqueza que emana de conocer otrs lugares, otras voces y otros colores de pensamiento, adoro lo que hago y con pesar, me doy cuenta de que para seguir queriendo y realizando lo que quiero, deberé tomar decisiones en mi futuro. El periodismo me lo ha dado todo, pero, hermanos, también he pagado mi tributo con sangre y ustedes lo saben. Nada me han regalado, todo, o casi todo, me lo gané a punta de aguantar varazos en el lomo.
Mejor los dejo con otra foto, antes de que me ponga nostálgico. Acá nomás no encuentro ni tortillas Milpa Real.










miércoles, 15 de octubre de 2008

La nieve


Picos entronizados con coronas blancas, friyito sabroso, hemos llegado a Portland.


En Oregon, no hay impuestos estatales, asi que practicaremos el mas estadounidense de los deportes: el shopping.

Saudade



Dejamos Oklahoma City con preguntas en las maletas y algunas respuestas para reflexionar durante el viaje al siguiente destino.
Si, estamos en el lado mas conservador del Pais; en el area donde aclaman a Mac Cain y le tienen pavor a Obama. Donde el mas democrata de los ciudadanos seria republicano en cualquier otro estado y sin embargo, son gente atenta, tierna y servicial. Podemos no compartir ideas. Cuesta trabajo asimilar que esta gente que abraza, alimenta y comparte de corazon lo que tiene a la mano puede apoyar con tanta firmeza la guerra e Irak, pero asi es.
La saudade, esa melancolia y nostalgia definida por los brasileiros nos queda por el excelente trato recibido. Oklahoma es una ciudad rara. Provoca sentimientos encontrados. Su escuela de periodismo es impresionante, un oasis en el desierto de la ultraderecha estadounidense, aqui todos son duros, pero los maestros son liberalisimos y criticos. Les digo...
Seguimos en camino.

lunes, 13 de octubre de 2008

Chiflonazos norteños



El título es como de corrido de los Huracanes del Norte, que viéndolo bien, podrían ponerle soundtrack a este post que es dedicado a los tornados que se forman en estas llanuras vaqueras donde está contruido el Centro Nacional del Tiempo en los Yunaites.

NO hay mucho qué decir: corretear tornados al parecer no es tan divertido como en la película Twister, por lo que los meteorólogos se la pasan mucho tiempo teorizando, casi siempre sin atinarle, exactamente dónde se va a formar el siguiente chiflón.










Tienen un globo terraqueo virtual con los climas de todo el mundo, los cristales del edificio son a prueba de balas (no vaya a ser que los ventarrones lleguen echando tiros), camiones con radares que valen 7 millones de dólares y a Dorothy, un simpático tinaco de metal que fue usado precisamente en la película antes mencionada, nombrada así por el Mago de Oz y que se basa en un experimento (que pueden ver en la misma foto) llamado Toto, que por cierto nunca funcionó.






En otra imagen se ve una construcción sobre el colorado terreno, para que vean que sí se parece esto a Arandas, aunque sin mezcales, así como también se observa la entrada a la escuela de periodismo y los jardincitos de la U de Oklahoma.


Mañana es el último día aquí, está lloviendo y hace frío. Y nos embarcamos hacia la otra punta del País: Oregon.

Manden gabanes para todos.

sábado, 11 de octubre de 2008

9:03


A las 9:02 del 19 de abril de 1995 los miles de kilos de fertilizante y combustible convertidos en bomba de tiempo despedazaron el edificio federal en el centro de Oklahoma, a las 9:03, la ciudad ha perdido su inocencia para siempre.
Siempre es duro visitar los monumentos dedicados a la tragedia. Son verdaderos mausoleos de las emociones que me ponen de mal humor. La mala vibra la he sentido en el Ground Zero de Nueva York, donde en pleno otoño el viento gime y lastima las articulaciones en sus despertares tristes de ecos del Wolrd Trade Center o frente a los restos de coche de fondo destrozado en el que otro artefacto diseñado por la mafia italiana dio fin a la vida de un reportero, como lo vi en el Newseum en Washington. Oklahoma no es la excepcion.
Es probable que se deba a que en el segundo piso del edificio se encontraba una guarderia en la que murieron varios niños, es probable que los ositos de peluche de lagrimales ficticios colgados como ofrendas en las paredes ayuden a enrarecer el ambiente, puede ser que colabore el hecho de ver las pequeñas sillas colocadas en el lugar que albergaba el inmueble que simbolizan a los menores entre los 168 muertos esa jornada, igual y es escuchar la grabacion de la explosion captada por una transmision radial. Total que en estos lugares me angustio y me duele, independientemente de donde sean los muertos, el dolor de los fallecidos civiles lastima ante la estupidez del terrorismo.
A los estadounidenses les duele mas todavia. Porque lo peor para ellos fue darse cuenta de que el hijo de puta que les dio la estocada no era un hombre con turbante y barba, sino un guero militar de sus mismas tropas, esas que creen tan impolutas, tan inmaculadas de los males pensamientos contra su patria.
Timothy Mac Veigh le dio una bofetada al american way, porque los vecinos supieron que para odiar no se necesita un color especifico de piel ni una ideologia lejana. El terrror dejaba de ser producto de importacion del medio oriente. Eso le dolio a Estados Unidos, pero sobre todo, los ha dejado llenos de verguenza.





Arandas Town



Oklahoma representa el ala conservadora y tradicional de Estados Unidos, es aburrida, no hay mucho qué hacer y la tierra es colorada, en síntesis, es como Arandas pero en inglés.
Pero su Universidad es impresionante, la escuela de periodismo es una maravilla, sus laboratorios son impresionantes y las discusiones sobre el oficio han estado verdaderamente apasionantes. Puro doctor discutiendo temas como la transparencia, el papel de los medios, sus carencias y falacias, lo arcaico y descontinuado en el periodismo. Muchas piedras me han dado en la maceta porque han cuestionado varias cosas que aún se siguen haciendo en los medios en México. Pero bueno, así se aprende.
Ya no los aburro, los dejo con las fotos, escriban, no sean méndigos, uno acá solo en las llanuras y ni siquiera hay un oxxito cerca (manden gansitos) esperando un tornado aunque sea pa entretenerse y ustedes que se olvidan de la gente famosa. No hay derecho.

Teníamos que ir a un restaurante mexicano, ¿se nota que eran paisanos?

Un sabroso debate con Gustavo Balanta, un colombiano maravilloso que es un personaje como salido de una película de Tin Tan, ya le contaré de él.

Con el Procurador general de Oklahoma.

La bella Lindsay, una estudiante voluntaria que nos hizo el favor de ayudarnos en el recorrido durante la universidad.

Uno de los saloncitos de la escuela de Periodismo y Comunicación, donde los alumnos aprenden a conducir noticieros.

Una de las salas de edición y transmisión de la escuela. Pura tecnología de punta.

miércoles, 8 de octubre de 2008

High speed (o: ¡ámonos recio!)











No por mucho madrugar pasa uno aduanas más temprano.

De momento debí suponer que no querían precisamente mi autógrafo cuando me preguntaron a qué me dedicaba, hasta gusto me dio. Empecé a sospechar que algo estaba un poco extraño cuando el oficial de inmigración dijo Mjjj.
Pase usted por aquiiiii pourrrrr favourrrrr, dijo, haber un Little proublema.
Nomás a mí me podía pasar que tuviera un homónimo delincuente buscado por el FBI.
Chingao.
Después de media hora concluyeron que yo no era el tipo moreno de abundante cabellera y bigote zapatista con camisas Versace de hilo de oro y un gallito con diamantes colgando del cuello y de botas de avestruz, así que salí destapado al otro avión que me llevaría a Washington, cuna del original american dream antes de bushes y buches de enfado por guerras inútiles, metichismos invasores y políticas provocadoras de crisis.

Hotel sede (Marriott Wardman Park)
La ciudad capital del Imperio (contraataca) en verdad es bellísima, he llegado en la parte del otoño que estimula a poetas callejeros. El follaje de los árboles pasa de los tonos verdes a los dorados, como granos de café tostados lentamente. La cabellera de miles de hojas brilla con el rocío de la mañana como un puñado de hojuelas decoradas con cucharadas de miel. Sublime, sobre todo cuando lo que se ve por las calles no son ratas, sino ardillas (o en su defecto, ratas de colas emperifolladas).





Monumento a las enfermeras de la Guerra de Vietnam


22 museos a la orden esperan al visitante. Mención aparte se merece el Newseum, el museo del periodismo que en sus frontispicio muestra la primera enmienda, esa que dice que a la libre expresión no se le toca ni con un pétalo de rosa del Tepeyac. Ya hablaremos del museo, pero la verdad entra uno aquí y se renuevan los bríos por este oficio que como decía Leduc, es amargo, pero de dulces recuerdos.



El Muro de Berlín y su recuerdo permanente en el Newseum




Somos periodistas representantes de 153 países. Es curioso ver los atuendos oficiales de los colegas de Africa, trajes con telas azules brillosas como papel de regalos de Fábricas de Francia para niños bautizados, mujeres tapadas hasta las ojeras (sí, ojeras) y turbantes multicolores. Me pongo a pensar si no la regué en no llegar con mi gabán de Tlaquepaque, mis pantalones de mariachi y mi sombrero dorado como de esos que le venden a los turistas en el Parián como si fueran los oficiales de la charrería. Veo a mis colegas centroamericanos y respiro tranquilo, muy tradicionales ellos con sus chamarras de los Lakers.


México, Ecuador y Colombia, puro glamour y sabrosura


Como suponen, el grupo más mitotero, el más gritón, el que al grito de Ea, Ea se cuela en los lugares del Departamento de Estado donde se prohíbe tomar fotos a sacar el retrato de rigor. El que discute con los policías, el que pierde el camión porque a los organizadores se les olvidó confirmarlo, el que suelta carcajadas durante los descansos de las conferencias, el que en lugar de arreglar sus maletas al llegar al hotel las lanzó sobre las camas para largarse a pasear, el que atrapa a Bob Woodward para que no se escape tan fácil, el que discute cuáles son los mejores insultos entre los diferentes calós de la riqueza sudamericana. Ese grupo, hermanos, es el de Latinoamérica, y es maravilloso estar ahí.


Ante esta figura yo sí mejor me callo.


Estoy contento, estoy al nivel, no se preocupen, el periodismo jalisquillo está bien representado conmigo, aunque sinceramente, muchos de mis colegas con los que orgullosamente trabajo día con día merecerían también estar aquí, y si se puede, tengan por seguro que los voy a recomendar
Extraño a Ady, pero me aguanto como los machos, acumularé los abrazos.
Mañana partimos a Oklahoma, prometo escribir pronto, mientras, los dejo con las imágenes. Deseenme suerte.
PD: Los insultos mexicanos llevan la delantera en la competencia, pero los colombianos son rudos y no se van a quedar atrás.
PD: El fenómeno Obama está cabrón. No, está cabronsísimo. La gente anda súper prendida. Esto se va a poner bueno.
PD: Traigo buenos tips para el manejo de fuentes



Así me siento en estos momentos, como esta foto