martes, 9 de junio de 2009

Elogio de la marea negra




We are scanning the scene

in the city tonight

We are looking for you

to start up a fight

There is an evil feeling

in our brains

But it is nothing new

you know it drives us insane

-Seek & Destroy




¿Y a mí me preguntan qué tiene de especial un concierto de Metallica?

¿A mí, que me sumo en el delirio compartido que emana de guitarras de riffs apabullantes que dieron origen a la brutalidad combinada con el sonido, a mí, que crecí emocionado con grabaciones de mala calidad de un grupo cuyos discos de importación además de caros eran dificilísimos de conseguir y que me valía una soberana progenitora no tener la calidad óptima sino el sonido incesante del scratch como suficiente alimento para el desfogue de los rebeldes demonios de la adolescencia precoz?


No mamen, si quieren objetividad, hay un montón de crónicas de los periódicos rondando ahí por el espacio cibernético, a mí déjenme vociferar sobre una tocada que me dobló las rodillas, déjenme pontificar acerca de una velada que me dejó la garganta convertida en un bulto de carne adolorida de tanto gritar, a mí permítanme volver horas atrás a comulgar con una sesión musical que me dejó tan cansado como satisfecho, como una sesión de sexo rudo con una dominatrix que te exprime hasta la última gota de ponzoña a la que le das con gusto el último par de billetes arrugados que te quedan en el fondo del bolsillo.




No pretendo ser tan imbécil como para esperar que compartan sentimientos, cada quién sus vicios musicales. Coloquen un poco de la música que más les gusta, agréguenle un trozo de músculo cardiaco, sazónenlo con los buenos recuerdos de una época en que no les importaba nada, mezclen en una licuadora y tómenselo de un jalón, sintiendo como su pecho se hincha de regocijo y nostalgia. Eso es lo que para mí fue la noche del 7 de junio del 2009 en el Foro Sol.


Como un Exxon Valdez que gotea los grumos de crudo poco a poco sobre la orilla de una costa, así se fue formando la masa en la superficie de uno de los mejores espacios para conciertos del planeta, la mancha oscura se extiende en sus miles de ramificaciones latentes, vivientes, las camisetas negras se compactan, se aplastan y crujen contra las barreras. Hoy todo mundo viene de negro, es un desfile de cuervos sin alas que murmuran sus propias letanías profanas de metal, cada ente luce desde lo alto como una célula buscando su par para la simbiosis. La marea negra se alista para explotar en un vaivén que seduce sin matar, que aplasta sin lastimar, que aulla sin dolor.


Con la oscuridad llega la luna, llena, como hace 10 años en este mismo lugar, la luz le da paso a los tonos violaceos del horizonte, y como un mandato hereje, se hace el sonido. The ecstasy of gold, de Morricone y las imágenes grabadas para el infinito del celuloide por Sergio Leone van logrando que los corazones latan más rápido, más fuerte, los pesos pagados por un boleto comienzan a desquitar su partida. Con las emociones ya vamos ganando.






“James Hetfield es Dios y nosotros estamos para servirle”

-Diálogo de la película Any Given Sunday, de Oliver Stone-



No caigamos en provocaciones ni en hipérboles, simplemente digamos que Creeping death fue una buena manera de disfrazar la locura. Los cuatro jinetes salieron al escenario haciendo relinchar sus corceles de madera y metal a seis o cuatro cuerdas. Hay escenarios en que es un pecado permanecer cuerdo, hay que dejarse llevar por el grito en la garganta, acompañar a Hetfield que grita en español si estamos listos, prenderse como esas enormes piras de fuego que pintan de amarillo la noche mientras suena Fuel, vagabundear por la memoria alzando los brazos a la nada al ritmo de Wherever I May Roam y pensar en todo, menos en entristecerse con Harvester of Sorrow.

Apenas van cuatro canciones, tan volátiles como un pensamiento, tan eternas como un recuerdo, las piernas se aflojan y los oídos de sensibilizan con Fade to Black, volver a los sempiternos orígenes con Cyanide y anclarse con una estaca que no deja pasar los años al escuchar …And Justice For All.


Metallica gruñe y la marea negra ruge Sad But True, la bestia también necesita respirar, sacar más oxígeno de los pulmones para aguantar el vuelo y aprovecha la pausa melódica de The Day That Never Comes para volver a agarrar vuelo con la pesadilla zombiemaniaca de All Nightmare Long. Los fuegos artificiales dibujan batallas ficticias en el cielo como preámbulo a One que se apaga en un suspiro, una guitarra que luego lanza un estertor que se convierte en la monumental Master Of Puppets. La marea negra es títere y titiritero de sí misma, el Slam se multiplica hasta en los pasillos, la cerveza sigue cayendo como lluvia que se evapora tan pronto cae sobre las cabezas humeantes de encendidas emociones, humores, sudores y codazos, gotas de sangre salpicante de labios partidos por el descuido o mordidos por la excitación, miles de lenguas enfrascadas en lenguajes comunes. Este es el soundtrack de un cuento de Lovecraft coronado con Dyers eve.



En el metal, la cursilería también es más sabrosa, ¡cómo no! Nothing else matters invita a mecerse de cachetito y morder el ídem de la ninfa, husmear entre su cuello mientras se reza: so close no matter how far/couldn't be much more from the heart/forever trusting who we are/no, nothing else matters y explotar juntos en un climax al hacer su aparición en la tenebra del Enter Sandman.


El final se acerca, la masa lo siente, lo percibe con The wait, reniega con Hit the lights y ante la moribunda noche saca las últimas gotas de energía para cantar, berrear, soñar, vibrar, padecer, sangrar y vivir el himno imperecedero, podeis ir en paz, con Seek & Destroy os he bautizado y los jinetes abrazan a la marea negra, tienen la mirada encendida, brillosa, sí, la banda se entrega a los súbditos. Carajo, pocos públicos como este.


Un concierto de rock como este es un fantasma, el espectro que como rezan las buenas leyendas, se repite, con suerte, cada 10 años.

Fotos de: rockandradio.net y Metallica.com

PD: Con mi más profundo cariño por Ady, mi compañera de batallas musicales y con quien gocé más este concierto.


9 comentarios:

RTHB dijo...

Hola, buenas.

Llego a tu blog mediante el comentario que dejaste en The Best Music.

Estoy viendo tu reseña del concierto y me parece muy interesante, y, con tu permiso, voy a modificar la entrada que tengo para incluir un enlace a lo que cuentas de lo vivido en el concierto de Metallica.

Un saludo.
The Best Music

Unknown dijo...

muy buena reseña amigo!

saludos!!

Att: La Metalgrave

Anónimo dijo...

Que reseña, nos mandas de cabeza al lugar y sensacion exactas, pero con mucho mas sabor y color.

Graciass!!!

Unknown dijo...

Pues Jueves, Sabado O DOmingo estuvo igual de genial.

Tocaron algunas que en los demas no, pero todos nos llevamos grato sabor de boca.

Yo fui el Sabado, y el haber oido Disposables Heroes, Ride the Lightning y All Nightmare long, me dejo satisfecho.

Soy fan de 20 años, pero uno de verdad, de los que siguieron escuchandolos durante Load y Reload, asi que para mi fue un gran dia.


Claro que haber iodo My Friend of Misery, The god that failed, The four horsemen y Fixxxer, me hubiera encantado ... pero bueno soy radical.

Saludos.

José Alonso Torres dijo...

Jejeje, tienes razón Anibal, cada concierto fue genial para los asistentes ese día. Quizá esta crónica trata de representar el sentimiento de la visita de la banda a México, más allá de una tocada en particular. A mi me hubiera encantado escuchar For whom the bells tolls, por ejemplo, o Leper Mesiah.

Gracias por darte la vuelta por este blog, espero que encuentres otras cosas que te gusten.

Anónimo dijo...

Al leer la reseña, senti que estaba nuevamente en el Foro Sol, ese dia fue increible, mi primer concierto de Metallica!¨Para mi falto que tocaran The Unforgiven, pero bueno, cuantas otras no hubieramos querido que tocaran.... gracias METALLICA!! RAFA S.

Anónimo dijo...

Excelente la reseña del concierto, siempre tienes una manera muy padre de escribir!

Un abrazo!

Y.R

Unknown dijo...

muy buena reseña carnal, tambien fui al del domingo y a mi parecer estuvo de poca madre y segun lo que he escuchado de otras partes a sido el mejor de los 3 y quiza el mejor de la gira de este año, al igual que muchos empece llorando con ectasy of the gold y termine cansado, adolorido del cuerpo y desgastado de la garganta, pero la verdad no cambio ese dia por ningun otro.
"El heavy metal lo sientes o no, Si el metal no te provoca esa sensación de poder y no hace que te ericen los cabellos, tal vez nunca lo comprendas. ¿Y sabes que? Eso esta bien. Porque a juzgar por los metaleros que me rodean, Estamos Bastante bien sin ti." Sam Dunn

José Alonso Torres dijo...

Tienes razón Héctor, ´creo que el metal es una cuestion de actitud más que de aptitud. Gracias por visitar el blog, y hablando de frases célebres del metal te recomiendo veas este post. Te va a gustar.
http://josealonsotorres.blogspot.com/2009/04/detector-de-metal.html

y También este: http://josealonsotorres.blogspot.com/2008/12/iron-maiden-en-un-colegio-de-monjitas.html

Recordarás buenos tiempos