lunes, 7 de abril de 2008

¿Perdonar es divino?

El genio Cerati lo decía en su canción, y recordé este estupendo poema de Carlos Rivas Larrauri donde se habla de esa fuerza que compone a hebras el cariño y que puede romper cualquier prejuicio, vencer cualquier orgullo. Es una joyita... verdá de Dios...

PD: La pintura es de Antonio Mártínez Guzmán, tan arandense, excéntrico y revolucionado, como yo.

PUÉ QUE ME RAJARA



(Carlos Rivas Larrauri)


¿Que vaya yo a verla?... ¡Ni manque esté loco!

¡Antes qu'ir a verla... primero me matan!

Pa mi, como muerta;

a mí no m'importa qu'esté güena o mala;

yo no tenga culpa

de lo que le pasa...

Y... mira, mi cuate, por lo que más queras,

no güelvas a hablarme d'esa desgraciada;

ni quero oir su nombre,

ni quero ya d'ella saber ni palabra...

Tú sabes, mi hermano, que yo la quería

con todita mi alma;

harto a ti te costa qui a naide en el mundo,

crioque ni a mi madre, ni a mi madre santa

he querido tanto

como áquella ingrata!...

¿Pa quién trabajando me pasaba el día?...

¿Pa quién era todo lo que yo ganaba?...

¿Pa quién mi cariño?

¿Pa quién mi costancia?...

Y aluego... ¿pa qué? Dimpués di todo eso,

ya vites, manito, cómo jué la paga...

Dendi antes, muncho antes

qu'ella se largara,

yo vide clarito que ya mi cariño

no le daba di ala;

yo vide clarito qu'estaba a desgusto;

ya no era la mesma mujer de su casa;

ya era sólo el lujo

lo que le cuadraba...

Y como soy probe,

y pa ella era poco lo que yo ganaba,

no quiso la endina seguir siendo güena,

no quiso la endina seguir siendo honrada,

s'echó pa la calle... se tiró a la vida...

y jué una de tantas...

Y ora que han pasado

dos años di qui anda

rodando y rodando mesmamente como

si juera una hilacha;

ora qu'está probe;

ora qu'está mala;

ora que no tiene quíen se ocupe d'ella,

ni quíen se priocupe de lo que le pasa;

ora que ricuerda que cuando era güena

nada le faltaba,

ora es cuando quere que yo la perdone

y que vaya a verla, pero... ¡qué esperanzas!

¡Antes qu'ir a verla...

primero me matan!

Pero... oye, manito... aguárdati un pelo;

hazme una valona antes que te vayas:

di ai sobre la mesa agarra esos jierros,

son los de mi raya...

Llévaselos todos... llévaselos luego...

¡no vaya a ser cosa de que li hagan falta...!

Pero eso sí; júrame que no has de decirle

de mí una palabra...

No quero que sepa que mi ocupo d'ella...

No quero que sepa ni quien se los manda,

porque si si alivia, pué ser que algún día,

la muy atascada,

si alcanzara el punto de venir a verme

pa darme las gracias...

Y si viene a verme y en sus ojos prietos

~más prietos que su alma~,

deviso que bulle

siquera una lágrima...

pué que me ricuerde de cuando la quise

con todita mi alma;

pué que me ricuerde que sólo vivía

resollando el aigre qu'ella resollaba;

pué ser que de nuevo

me buiga esta cháchara,

y manque he jurado que nada ni naide,

por nada del mundo, mi hará perdonarla,

si ansina sucede... si ansina ricuerdo...

si miro en sus ojos siquera una lágrima...

antonces, mi cuate... ¿pa qué he d'engañarte?

¡Manque soy muy hombre... pué que me rajara!.

.

2 comentarios:

Natalia dijo...

Ay qué traumado! ni aguantan nada...
Saluditos mijo.
N.

Anónimo dijo...

muy triste el poema, casi no podia terminar de leerlo.
pos que es eso!!, haces que uno sienta y piense cosas non gratas