martes, 13 de noviembre de 2007

Una eternidad esperé este instante



Mójate los labios y sueña...

El apagón de las luces del estadio encendió las gargantas. Los brazos de 27 mil espectadores se levantaron como si quisieran llegar a tocar el escenario en el que se empezaban a mover algunas sombras. Los acordes de Algún día, la última pieza grabada por Soda Stereo hace 10 años marcaron el fin de una espera.
“Cuando era joven y vos eras yo, no había nada que temer, hoy las páginas se mezclan y es curioso estar aquí” se escuchó mientras las pantallas mostraban imágenes de la historia de histeria provocada por el trío argentino que marcó época en la historia del rock en Latinoamérica. La gira "Me verás volver", llegaba a tierras tapatías.
Disparé una frase al viento y una mujer cayó...
Esa pieza que llamaba a la nostalgia se cristalizó en la figura de unos colmilludos cuarentones que tocan con el ímpetu de adolescentes. Las notas de Juego de Seducción complementaron el flashback; apareció Gustavo Cerati a la izquierda, Charly Alberty al centro y Zeta Bosio a la derecha, como aquella noche de 1996 en la Plaza de Toros en la gira Sueño Stereo, como en aquella tocada del 23 de febrero de 1991 cobijada por la cúpula del Hospicio Cabañas donde presentaron en Guadalajara, Canción Animal. Como siempre Soda, como viejos conocidos que no han dejado de tocar en nuestras sensaciones.
Florecer mirándote a los ojos, perfección...
Era la hora de arrancarse con la memoria, de que los treintañeros recordaran como le cantaban a la novia de sus ayeres aquello de “te llevaré hasta el extremo”, de que los nuevos fans supieran por fin el por qué tanta alharaca de ver a la banda en vivo. No es pecado refrescarse en la melancolía ni perder la compostura cantando aquellos versos aderezados a guitarrazos que hoy suenan tan frescos, tan nuevos, tan vibrantes.
Conocer mi medida, tu medida, acariciando diferencias...
Muchos tomaron con escepticismo el argumento de Cerati de que volvían por la gente. En una era en que toda nostalgia también tiene un costo, las acusaciones de que Soda regresó sólo por el dinero abundaron. Plata hubo, y mucha, pero Soda iba a sacarle brillo a las 30 monedas con que sus detractores calificaron su regreso. El setlist no dejó fuera las clásicas que todo mundo quería escuchar, pero tampoco se trató de montar un show de complacencias, porque los argentinos sacaron de la chistera muchas de esas canciones que no habían tocado en vivo en la Ciudad, ahí estuvieron los temas del experimental Dynamo, el álbum que nunca se presentó en directo en Guadalajara: la sicodelia de riffs pachecos de En Remolinos, la crudeza de Texturas y las oscuras atmósferas de Fue. A la cita en el 3 de Marzo estaban invitados tanto los fanáticos de Soda como los simpatizantes acostumbrados a brincar Sobredosis de TV y Persiana Americana en tardeadas y discotecas.
Pruébame y verás que todos somos adictos a estos juegos de artificio...
¿Qué Cerati habló poco al público?, ¡qué importa si el tipo lo dice todo con su magistral ejecución de la guitarra! No se trataba de hablar, sino de que cada canción evolucionara en una historia individual que cada asistente armaba en su cabeza, de desmadrarse armando un picnic en el 4B, de moverse al influjo de la telekinesis, bailar con Cae el sol, gritar Luz Cámara Acción con Zoom, zangolotearse en una Danza Rota viendo imágenes retro en la puesta en escena de luces robóticas, aunque había que cerrar los ojos para disfrutar al máximo la apertura de la caja negra.
Alguien me ha dicho que la soledad se esconde tras tus ojos...

Para los románticos y despechados llegó Trátame suavemente y Prófugos. Para los que querían más rocanrroll: Sueles dejarme solo, En el séptimo día, Un millón de años luz, Primavera 0, Hombre al agua y una energética nueva versión de No Existes. Para los que querían corear las más conocidas no faltó La Ciudad de la furia, Signos, De música ligera, Cuando pase el temblor, Disco eterno y Nada personal. Faltaron algunas, era inevitable, la emotividad que carga Soda Stereo en la espalda no puede aligerarse en un concierto de dos horas y media.
Sería tan bueno tocarte, pero es inútil, tu cuerpo es de látex...
Soda Stereo tocó con el mismo ímpetu con que se recuerda en sus anteriores presentaciones, aquellas de hace más de 10 años en los que muchos de los que estuvieron este día en el estadio aún eran solteros e irresponsables, greñudos e insolentes. Pasaron los años y llegaron más arrugas y nuevos fans, pero la burbuja en el tiempo funcionó a la perfección.
Y sí, como canta Cerati: fue curioso, pero también fue terriblemente emotivo estar aquí.

3 comentarios:

Natalia dijo...

Uy! mi Alons, me cae que mejor hubieras escrito tú la cónica para el periódico, esta tiene más enjundia, je je y la selección de frases me gusta mucho. Qué chingón que sí pudiste ir pese a las adversidades viales que se te atravesaron.
Un abrazo y te veo pronto.
N.

Anónimo dijo...

Coincido con el ojoambulante, tu crónica esta mucho mejor, por supuesto, que la que salió en el periódico. Me da gusto que lo hayas disfrutado. Pau

Anónimo dijo...

Muy buena crónica! me encanto!
el concierto debe de habr estado pokamadre! que bueno que pudiste ir!! jaja ii esperemos k para la otra estes al 100% para k lo disfrutes mejor! =)
un saludo y un abrazote!!
=]