viernes, 24 de octubre de 2008

Manzanota


La gente es tan fría como el ventarrón que corta con diminutas cuchillas el aliento y los labios. De repente pensé que estaba juzgando mal cuando una persona se acercó muy buena onda a ayudarme en el Metro... hasta que me di cuenta de que quería seducirme.


Bajo la noche se extiende un terciopelo de neón y luces estrambóticas. Los anuncios pasan a mil por hora extendiendo la consigna principal del Imperio: compra, compra, compra. Mil y una vez se repite el evangelio consumista que eleva asu voz a pesar de la tremenda recesión que se viene encima. Los estadounidenses, otra vez, tienen miedo, pero esta vez es porque no saben estar sin consumir, sin comprar baratijas de hartos niveles y precios.


No voy a ser tan imbécil como para aventarme uno de esos piensos apantallapendejos que dicen: "escuchaba a Lou Reed mientras caminaba por Lexington Avenue" como los que escriben los wanna be que quieren redactar como si tuvieran 15 años viviendo en La Isla aunque sólo vinieron 8 días de vacaciones. No.


Sòlo les diré una cosa: He llegado a la moderna Babilonia, me pasearé como un tipo que estará 15 días en esta estrepitosa calamidad. Y escribiré como tal.

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